El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y el ex mandatario uruguayo José Mujica instaron este miércoles a América Latina a promover una nueva integración, que rescate los derechos laborales «secuestrados» por el «gran capital».
Mujica participó en una reunión convocada por Lula con miembros de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA), integrada por 49 centrales obreras de 21 países y que tiene su sede principal en Montevideo, en la que presentó sus ideas para «recuperar la unidad» de la región.
El ex gobernante uruguayo (2010-2015), de 87 años, aseguró que una verdadera integración no pasa «por la izquierda ni por la derecha», sino que debe ser producto de una «unión real» en defensa del comercio, las empresas y los trabajadores latinoamericanos.
«Nadie nos va a dar la prosperidad si no somos capaces de luchar por ella», declaró Pepe Mujica, quien puso como ejemplo de la «actual desunión» lo sucedido en América Latina durante la pandemia de covid-19.
«Somos el 6 o 7 por ciento de la población mundial, pero vimos morir casi al 30 por ciento de los nuestros por covid y no vimos una sola reunión de nuestros presidentes para trabajar en conjunto», lamentó.
Según Mujica, «no se puede repetir ese error» y los gobiernos de la región «deben unirse de verdad, para defender a nuestra América sea por la izquierda o por la derecha, pero todos juntos», incidió.
«Sabemos que los trabajadores latinoamericanos pierden parte de su salario porque existe una gran burguesía, pero esa burguesía también acaba perdiendo, porque depende de las reglas del sistema financiero internacional y los grandes beneficios del capital se van a otros lugares del mundo», agregó el ex mandatario.
Lula, de 77 años, celebró el «entusiasmo» de su «compañero de tantas luchas» y reiteró que uno de los objetivos de su política exterior en su tercer mandato será «reconstruir y fortalecer» al Mercosur, a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)
«Tenemos que recuperar la conciencia y entender que cuando un país de América Latina intenta negociar algo unilateralmente tiene muchas menos posibilidades que cuando lo hace en conjunto» con la región, afirmó.
Lula evocó la primera década de este siglo, cuando la integración fue el objetivo de muchos de los gobiernos latinoamericanos, pero lamentó que actualmente esté «todo prácticamente destruido y haya que comenzar de nuevo».
Según Lula, el primer paso para esa nueva integración debe ser el fortalecimiento de la democracia, que considera amenazada en América Latina por los movimientos de la ultraderecha global, en la que se aliena el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.
Dijo que, al contrario de lo que sostienen esos grupos radicales, en América Latina «no hay países que sean enemigos» y existen muchos espacios «para construir un mínimo de unidad y de relación entre los Estados» y mejorar la vida de las sociedades.
«Soy latinoamericano y creo en la construcción de una gran nación, de una América Latina sin fronteras y sin un mundo en el que circulan con libertad los grandes capitales y los trabajadores no pueden hacerlo», declaró el mandatario.
Milenio