La Iglesia católica de México hizo un llamado a la ayuda de la sociedad para atender la crisis migratoria que se vive en el país, pero también pidió al gobierno que genere más espacios de acogida, pues los actuales se encuentran desbordados.
En un comunicado, la Arquidiócesis de México señaló que el flujo migratorio ha aumentado desde Sudamérica en busca de una vida mejor.
Además, por la medida del gobierno de Estados Unidos que aumenta la posibilidad de aplicar en el CBP One (Custom and Border Protection), para un mayor acceso a vías y procesos lícitos y ordenados de migrantes que buscan llegar a este país.
Aseguró que, según cifras del gobierno de Panamá, en 2022, 248 mil 284 cruzaron la peligrosa Región del Darién, que conecta Panamá y Colombia, y para agosto de 2023 esta cifra había superado las 250 mil personas, de las cuales aproximadamente el 20 por ciento son niños.
La Iglesia indicó que la copiosa presencia de migrantes en México trae para ellos consecuencias colaterales, pues padecen un ambiente hostil que va desde precios desmedidos por consumo de alimentos y uso de sanitarios, hasta robos, secuestros y extorsiones por parte de redes delincuenciales.
Los diversos lugares de acogida de la Iglesia católica de México —que de alguna manera ya han creado una ruta humanitaria donde los migrantes pueden descansar, alimentarse recibir atención médica, recuperar fuerzas y seguir adelante—, actualmente se encuentran desbordados.
Con personal agotado, con necesidades grandes de alimento, agua potable, cobijas, colchonetas y medicamento; pero sobre todo hay una gran necesidad de voluntarios y voluntarias. señaló la Arquidiócesis.
Por ello, hizo un llamado a todo el pueblo de México a mantener un espíritu de acogida con los migrantes. Demandó además al gobierno que genere más espacios de acogida, porque los actuales se encuentran desbordados.
También pidió a las autoridades civiles a agilizar los procesos legales para la estabilidad de las personas migrantes y otorgar visados humanitarios a fin de que puedan transitar libremente hacia su destino.
«Como país, nos encontramos ante la posibilidad de demostrar que los mexicanos tenemos un espíritu de solidaridad y hospitalidad con nuestros hermanos extranjeros, sin importar las condiciones sociales o económicas, ni los motivos por los que caminen por nuestra querida tierra», sostuvo.
La crisis migratoria en México es un tema complejo que requiere de la atención de todos los sectores de la sociedad. El llamado de la Iglesia Católica de México es un recordatorio de que todos tenemos un papel que jugar en la construcción de un país más justo y solidario.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ha atendido a unos 20 mil migrantes en la frontera sur en las últimas dos semanas, lo que equivale a cerca de la quinta parte de las casi 100 mil solicitudes de los primeros ocho meses del año.
En declaraciones a la agencia EFE, Cinthia Pérez Trejo, directora general de Comar, dijo que esperan atender esta semana en Tapachula, en la frontera de México con Guatemala, a un total de 10 mil migrantes originarios de Cuba, Haití, Honduras, El Salvador y, en menor cantidad, de fuera del continente.
En tanto, Esmeralda Arosemena de Troitiño, comisionada y vicepresidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), advirtió que las políticas migratorias de Estados Unidos han sido “muy duras” y “muy severas”, por lo que ahora tiene que buscar respuestas humanitarias ante esta crisis.
