En un fascinante hallazgo astronómico, investigadores chilenos han descubierto que las estrellas recién nacidas tienen un peculiar comportamiento: «estornudan» una vez que se forman. Este fenómeno, que ocurre en el disco protoestelar que rodea a una estrella en sus primeras etapas de desarrollo, implica la liberación de polvo, gas y energía magnética.
Los astrónomos de la Universidad de Kyushu han denominado a estas descargas como «estornudos», y han señalado que estas emisiones son cruciales en el proceso de formación estelar, ya que liberan flujo magnético dentro del disco protoestelar.
El estudio, publicado en la revista The Astrophysical Journal, revela que todas las estrellas comienzan su desarrollo en «viveros estelares», grandes concentraciones de gas y polvo que, con el tiempo, se condensan para formar un núcleo estelar: una estrella bebé.
«Estas estructuras están perpetuamente penetradas por campos magnéticos, lo que trae consigo flujo magnético. Sin embargo, si todo este flujo magnético se mantuviera a medida que la estrella se desarrollara, generaría campos magnéticos de muchos órdenes de magnitud más fuertes que los observados en cualquier protoestrella conocida», explica Kazuki Tokuda, primer autor del estudio.