Las autoridades de salud chinas no ofrecieron indicios ayer de que se vayan a relajar las restricciones contra el covid-19, tras varios días de rumores que apuntaban a que el gobierno estaría considerando la posibilidad de cambiar su estricto protocolo cero covid que ha frenado el crecimiento económico y alterado la vida cotidiana.
Durante una conferencia de prensa, los funcionarios dijeron que la política, que busca frenar la entrada de casos al país y aislar todos los brotes que se descubren, se mantendrá inquebrantablemente.
El anuncio no fue una sorpresa y no descartó la posibilidad de que se estén manteniendo discusiones al respecto a puerta cerrada. Pero las conversaciones no se han confirmado de forma oficial y la mayoría de los analistas creen que cualquier cambio será gradual y que es improbable que el protocolo se suavice antes del próximo año.
La especulación disparó los mercados bursátiles chinos al alza esta semana, y tanto los inversionistas como la población se interesaron por los indicios de posibles modificaciones.
La muerte de un niño de 3 años en un complejo residencial para cuarentenas alimentó el creciente descontento con los controles antivirus, que están cada vez más alejados del resto del mundo.
Todas las personas que llegan al país deben guardar cuarentena en un hotel designado para ello durante entre siete y 10 días.
Los brotes repartidos por todo el país siguen provocando restricciones de viaje y confinamientos. Las autoridades sanitarias chinas confirmaron el sábado 3 mil 500 positivos registrados en el último día, de los cuales alrededor de 3 mil eran asintomáticos.
LaJornada