Disculpame. No tengo dónde dormir. Si no me aceptas tendré que pasar la noche en la calle”, dijo la mujer a su exnovio y éste la dejó entrar al apartamento ubicado en Gandía, Valencia, en España. Una vez que entró y se ganó la confianza del que decía era su amor, lo agredió e intentó arrancarle los testículos con las uñas.
El exnovio relató a la Policía Nacional que su mujer se “transformó” y lo empezó a insultar y amenazar, hasta que lo tomó por los testículos e intentó arrancarlos. Las autoridades indicaron que la mujer estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas.
El hombre tuvo que ser trasladado de emergencia al Hospital Francisco de Borja, en la misma localidad. Según el reporte médico, recibió ocho puntos en el escroto.
La agresora tenía dos órdenes de alejamiento por las agresiones en contra de su pareja.
De acuerdo con lo relatado por la víctima, días antes habían discutido, pero él decidió salirse de la casa e ir a un bar, pero la mujer fue hasta ese lugar a confrontarlo.
La discusión llegó a tal extremo que los clientes, testigos de la forma en que daba de golpes al entonces novio, que no hacía nada, decidieron llamar a las autoridades.
La mujer, indicaron las autoridades, “tiene problemas con el alcohol y las drogas, que se suman a sus conductas agresivas y violentas”.
Si bien los celos románticos se han considerado patológicos, no puede ignorarse el hecho de que los celos per se cumplen cierta función evolutiva de cara a la protección del vínculo de pareja”, se indica en el artículo Celos: ¿Qué ocurre en el cerebro?
En el mismo texto se indica que “la respuesta de los celos aparece por un procesamiento de las señales del contexto y, mayormente, en la interacción con las respuestas emocionales de los demás”.
Y agregó: “De este modo, la persona se encuentra en un círculo donde existe una continua búsqueda del engaño y la pretensión, al mismo tiempo, de no dejarse engañar. Aspecto que acentúa el cavilar sobre su derrota”.
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