En un acto de valentía y determinación, un niño de 9 años llamado Branson Baker se convirtió en héroe al salvar a sus padres después de que un tornado volcara su automóvil durante la devastadora serie de tormentas que azotaron Oklahoma la semana pasada.
La tragedia golpeó a la familia Baker mientras intentaban encontrar refugio de los tornados mortales que azotaban la región. El automóvil en el que viajaban fue levantado por los fuertes vientos y arrojado contra un grupo de árboles, dejando el vehículo irreconocible y a sus padres gravemente heridos.
Tanto Wayne como Lindy Baker sufrieron múltiples fracturas y lesiones graves, incluyendo fracturas en la espalda, el cuello y las costillas. Wayne también sufrió la pérdida de parte de un dedo, así como fracturas en el esternón y el brazo, mientras que Lindy sufrió fracturas en la mandíbula y la mano derecha, además de un pulmón colapsado.
Ante la adversidad, Branson demostró una valentía extraordinaria al salir del automóvil accidentado y correr kilómetros en la oscuridad a través de escombros y cables eléctricos caídos hasta la casa de un vecino en busca de ayuda. Sus acciones rápidas y valientes ayudaron a garantizar la seguridad de sus padres heridos.
El tío de Branson, Johnny Baker, elogió la valentía del joven héroe, destacando su determinación al enfrentarse a la adversidad: «Corrió lo más rápido que pudo, lo más fuerte que pudo, hizo una milla en 10 minutos. Eso es bastante impresionante para un niño pequeño».
Branson dejó a sus padres con un emotivo mensaje antes de salir en busca de ayuda: «Mamá, papá, por favor no mueran, volveré». Sus palabras reflejan su amor y preocupación por sus seres queridos en medio de la tragedia.
El incidente dejó a la familia Baker como una de las muchas víctimas de los 15 tornados que azotaron el estado de Sooner el 27 de abril, dejando al menos cinco personas muertas y decenas más heridas.