El viernes, un funcionario del servicio de bomberos en Nueva Delhi, la capital de India, informó que once personas perdieron la vida en un devastador incendio que ocurrió en una fábrica de pintura. El siniestro tuvo inicio el jueves en las afueras de la ciudad, y actualmente, equipos de rescate están trabajando incansablemente para encontrar posibles supervivientes, según detalló el director del servicio de bomberos, Atul Garg.
El incidente, marcado por una explosión en la fábrica de pintura que resultó en el colapso del edificio, dejó como víctimas a los propios trabajadores de la instalación. Aunque se logró controlar el fuego, las causas del mismo aún no han sido determinadas.
En un país donde los accidentes industriales son lamentablemente frecuentes, las autoridades han señalado que los empresarios, en ocasiones, ignoran los requisitos básicos de seguridad y operan sin los permisos correspondientes. Este trágico suceso recuerda al incidente de 2019, cuando más de 40 personas perdieron la vida en un incendio en una fábrica que producía bolsas escolares y zapatos en Nueva Delhi.
Como es común en estos casos, muchas de las víctimas eran migrantes, caracterizados por su situación de pobreza, bajos salarios y la práctica de dormir en las mismas instalaciones donde trabajaban. La repetición de tales tragedias destaca la urgencia de abordar las deficiencias en las medidas de seguridad industrial y la necesidad de un mayor escrutinio para evitar futuras pérdidas humanas.