En un importante paso hacia la protección del medio ambiente y la lucha contra el narcotráfico, Perú ha anunciado la implementación de un nuevo método para la destrucción de cocaína incautada.
Con el apoyo de la Sección de Asuntos Antinarcóticos (INL) de los Estados Unidos, el país suramericano reemplazará la incineración, un proceso altamente contaminante, por la encapsulación de la droga en bloques de concreto.
«Este innovador método consiste en mezclar la cocaína y pasta base de cocaína en polvo con cemento, sal y acelerantes químicos, entre otros materiales, para formar bloques sólidos de concreto que hacen imposible extraer la sustancia», explicó el Ministerio del Interior de Perú en un comunicado.
Las autoridades peruanas destacaron que este nuevo procedimiento ofrece varias ventajas significativas:
Reducción del impacto ambiental: La encapsulación en concreto elimina la emisión de gases nocivos y cenizas tóxicas que genera la incineración, contribuyendo a la protección del aire y el suelo.
Mayor eficiencia: El proceso permite destruir alrededor de 60 toneladas de drogas en un máximo de 40 horas, mientras que la incineración tradicional tomaba hasta 80 días.
Destrucción irreversible: La encapsulación en concreto garantiza que la droga quede completamente inutilizada y sea imposible de recuperar.
Perú se convierte así en el segundo país de la región, después de Ecuador, en adoptar esta técnica para la eliminación de la droga incautada.
«Esta iniciativa es un ejemplo del compromiso del gobierno peruano con la lucha contra el narcotráfico y la protección del medio ambiente», señaló el comunicado del Ministerio del Interior. «Estamos seguros de que este nuevo método contribuirá a reducir significativamente el impacto ambiental de la destrucción de drogas y a fortalecer nuestra lucha contra el crimen organizado».
La implementación de este nuevo método es una noticia alentadora en la lucha contra el narcotráfico y la protección del medio ambiente. Se espera que sirva como modelo para otros países que buscan alternativas más sostenibles y eficientes para la destrucción de drogas incautadas.