Alemania enviará tanques de fabricación alemana a Ucrania siempre y cuando Estados Unidos acepte hacer lo mismo, dijo a Reuters una fuente gubernamental en Berlín, mientras los miembros de la OTAN seguían sin ponerse de acuerdo sobre la mejor manera de armar a Ucrania en su guerra contra Rusia.
Ucrania ha pedido armas occidentales modernas, especialmente carros de combate pesados, para reactivar el esfuerzo bélico tras algunos éxitos en el campo de batalla en la segunda mitad de 2022 contra las fuerzas rusas que invadieron el país el pasado mes de febrero.
Berlín tiene poder de veto sobre cualquier decisión de exportar sus carros de combate Leopard, utilizados por los ejércitos aliados de la OTAN en toda Europa y considerados por los expertos en defensa como los más adecuados para Ucrania.
En varias ocasiones en los últimos días, el canciller alemán Olaf Scholz ha insistido, a puerta cerrada, en la condición de que también se envíen tanques estadounidenses a Ucrania, dijo la fuente del Gobierno alemán bajo condición de anonimato.
Al ser preguntada por la postura de Alemania, la portavoz del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, Karine Jean-Pierre, declaró: «El presidente cree que cada país debe tomar sus propias decisiones soberanas sobre qué medidas de asistencia en materia de seguridad y qué tipo de equipamiento puede proporcionar a Ucrania».
El miércoles, el secretario de Estado Antony Blinken dijo que Estados Unidos proporcionaría 125 millones de dólares a Ucrania para apoyar sus redes energéticas y eléctricas tras los ataques selectivos contra esos servicios públicos por parte de las fuerzas rusas.
Los aliados de la OTAN han tratado de evitar el riesgo de dar la impresión de que están enfrentándose directamente a Rusia y se han abstenido de enviar sus armas más potentes a Ucrania.
Fuentes estadounidenses dijeron que se espera que la administración de Biden apruebe el envío a Ucrania de vehículos blindados Stryker producidos en Canadá para el ejército estadounidense, pero no está dispuesta a enviar tanques estadounidenses.
El Pentágono todavía no está preparado para satisfacer la petición de Kiev de tanques M1 Abrams, dijo Colin Kahl, el principal asesor político del Pentágono que acababa de regresar de un viaje a Ucrania.
«Creo que todavía no hemos llegado a ese punto», dijo Kahl. «El tanque Abrams es un equipo muy complicado. Es caro. Es difícil de entrenar. Tiene un motor a reacción».
Las declaraciones de Kahl se produjeron antes de la reunión del viernes de altos cargos de defensa de decenas de países en la base aérea estadounidense de Ramstein, en Alemania, para coordinar la ayuda militar a Kiev.
El nuevo ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, recibirá el jueves al Secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin.
La atención en la reunión del viernes se centrará en Alemania, que ha dicho que los tanques occidentales sólo deberían suministrarse a Ucrania si existe un acuerdo entre los principales aliados de Kiev.
Reino Unido ha aumentado la presión sobre Berlín este mes al convertirse en el primer país occidental en enviar tanques a Ucrania, prometiendo un escuadrón de sus Challengers. Polonia y Finlandia han dicho que enviarán tanques Leopard si Alemania lo aprueba.
En un discurso por videoconferencia pronunciado el miércoles en el foro de Davos, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, instó a los aliados occidentales a suministrar a su país antes de que Rusia lance sus próximos ataques terrestres con misiles y blindados.
«El suministro de sistemas de defensa antiaérea a Ucrania debe adelantarse a los próximos ataques con misiles de Rusia», declaró Zelenski. «El suministro de tanques occidentales debe adelantarse a otra invasión de tanques rusos».
El Leopard 2 alemán está considerado uno de los mejores carros de combate de Occidente. Pesa más de 60 toneladas, tiene un cañón de superficie lisa de 120 milímetros y puede alcanzar objetivos a una distancia de hasta cinco kilómetros.
Ucrania, que ha dependido principalmente de variantes de tanques T-72 de la era soviética, afirma que los nuevos tanques darán a sus tropas la potencia de fuego móvil necesaria para expulsar a las tropas rusas en batallas decisivas.
Los combates se han concentrado en el sur y el este de Ucrania, después de que el asalto inicial de Rusia desde el norte con el objetivo de tomar Kiev se viera frustrado durante los primeros meses de una invasión que el presidente ruso, Vladimir Putin, calificó de «operación militar especial».
«La situación en la línea del frente sigue siendo dura, siendo el Dombás el epicentro de las batallas más encarnizadas y con más principios», dijo Zelenski en un discurso por vídeo el miércoles. «Estamos viendo un aumento gradual del número de bombardeos e intentos de llevar a cabo acciones ofensivas por parte de los invasores».
El Dombás, formado por Luhansk y Donetsk, es el corazón industrial del este de Ucrania. Las fuerzas rusas llevan meses presionando para hacerse con el control de la ciudad de Bajmut, en Donetsk, pero con un éxito limitado, y en las últimas semanas han trasladado su atención a la localidad cercana de Soledar, más pequeña.
El analista militar ucraniano Oleh Zhdanov dijo en un vídeo de YouTube que las unidades del ejército ucraniano permanecían en Soledar, con intensos combates en los distritos occidentales a pesar de las afirmaciones rusas durante más de una semana de que ahora controlaba la ciudad.
Reuters no pudo verificar estas informaciones sobre el campo de batalla.
Por otra parte, un helicóptero se estrelló en la niebla cerca de una guardería en las afueras de Kiev el miércoles, matando a 14 personas, entre ellas el ministro del Interior de Ucrania, y un niño.
Las autoridades ucranianas no han sugerido que Rusia fuera responsable de la caída del helicóptero.
El accidente fue «una tragedia terrible» y «el dolor es indescriptible», dijo Zelenski en Telegram, y en su discurso nocturno en vídeo, dijo que había pedido al servicio de inteligencia SBU que investigara la causa.
Reuters
