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¿Qué se traen entre manos Peniche y Herrera?
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Bonilla sigue barriendo a Pérez Cuéllar
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El fiscal Jáuregui le carga otro muertito a Duarte
Los regentes del novato partido político Pueblo mantienen los dedos cruzados para no perder el registro. No quieren hacer debut y despedida en el sistema de partidos en el estado de Chihuahua.
Por ahora están a la espera de los porcentajes oficiales del Instituto Estatal Electoral (IEE) y confían en que, si habrán de alcanzar por lo menos el tres por ciento de la votación en las elecciones locales, y así evitar que les sea cancelado el registro y perder los derechos y las jugosas prerrogativas que establece la ley electoral de Chihuahua.
Así que el futuro del partido Pueblo está indefinido y en las manos de los consejeros electorales está la decisión si la nueva organización salva o no su registro.
El Partido Pueblo es una de las dos nuevas fuerzas políticas locales que surgieron en el estado, se encuentra en una situación de incertidumbre, en la cuerda floja.
La nueva institución política podría enfrentar un escenario adverso si se toma en cuenta el antecedente del Partido Encuentro Solidario (PES), que en el 2018 perdió su registro como partido nacional por no obtener el 3 por ciento de la votación en la elección de diputados y senadores, a pesar de que sí lo logró en la de ayuntamientos.
La Sala Guadalajara del Tribunal Electoral confirmó la resolución del Instituto Nacional Electoral (INE) que le retiró el registro al PES, argumentando que la Constitución es la norma suprema y que la elección de ayuntamientos no es una elección federal, sino local.
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Ayer trascendió en medios digitales del estado una supuesta reunión entre exfiscal César Augusto Peniche y Jaime Herrera, la supuesta reunión ocurrió hace ya algunas semanas en un establecimiento del Fashion Mall ante la vista de muchos.
La noticia de esta reunión entre dos exfuncionarios clave del gobierno de Corral ha generado diversas especulaciones sobre los posibles acuerdos y negociaciones que se estarían dando entre las distintas fuerzas políticas en el estado.
Algunos analistas señalan que Peniche, quien renunció a la fiscalía en abril pasado, podría estar buscando algún cargo en el próximo gobierno federal en el que su exjefe Javier Corral Jurado tendrá gran influencia.
Y que Herrera sería un aliado importante para conocer los secretos y las debilidades de la anterior administración. Otros sugieren que ambos estarían tratando de protegerse de posibles acciones legales en su contra, ante la llegada de un nuevo gobierno emanado de Morena, que podría revisar las cuentas y las actuaciones de los exservidores públicos.
Lo cierto es que el encuentro entre el exfiscal y el ex secretario de Hacienda evidencia la complejidad y la volatilidad del escenario político chihuahuense, donde las lealtades y las alianzas pueden cambiar de un momento a otro, y donde muchos actores están buscando acomodarse y sobrevivir ante los nuevos equilibrios de poder.
El regreso de Corral al Senado, la victoria de y la incertidumbre sobre el futuro de Duarte y sus cómplices, son algunos de los factores que influyen en el comportamiento de los protagonistas de esta historia, que seguramente tendrá más capítulos y revelaciones en los próximos meses.
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El ranking de evaluación de alcaldes publicado por la empresa Rubrum revela el contraste entre dos formas de gobernar en Chihuahua: la de Marco Bonilla, que ha sabido ganarse la confianza y el respaldo de la ciudadanía, y la de Cruz Pérez Cuéllar, que pese a sus buenos resultados electorales gracias a la marca Morena no ha sabido ganarse con trabajo la simpatía entera de los juarenses.
Marco Bonilla ha demostrado ser un alcalde cercano, sensible y eficaz, que ha impulsado proyectos de desarrollo urbano, social y ambiental que han transformado a Chihuahua en una ciudad más moderna, segura y sustentable. Su gestión ha sido reconocida a nivel nacional e internacional como un ejemplo de buenas prácticas y de innovación pública.
Marco Bonilla, quien se mantiene en el primer lugar del ranking con un 80% de aprobación; Pérez Cuéllar aparece en el lugar número 25 del ranking, con un 6.7% de aprobación.
La administración de Cruz Pérez Cuéllar, por el contrario, ha sido cuestionada por múltiples irregularidades, denuncias y escándalos que han minado un poco su credibilidad y su autoridad.
La diferencia entre ambos alcaldes no es casual, sino que refleja la diferencia entre los partidos que los postularon. Marco Bonilla representa al Partido Acción Nacional, que ha gobernado Chihuahua con solvencia, honestidad y visión de futuro. Cruz Pérez Cuéllar representa al Movimiento Regeneración Nacional, que ha gobernado el país con improvisación, corrupción y retroceso.
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La reciente noticia de que el exgobernador César Duarte podría ser detenido por otra causa penal en su contra, además de la que ya enfrenta por peculado, es una muestra más de la impunidad y la corrupción que han caracterizado a su gestión al frente de Chihuahua.
El fiscal general, César Jáuregui, salió a medios a comentar lo anterior luego de que el exgobernador fue liberado y su causa penal se seguirá desde su domicilio.
El exgobernador tendrá que enfrentar las consecuencias de sus actos, y no podrá escapar de la responsabilidad que le corresponde por el daño que le hizo a Chihuahua.
Sin embargo, no basta con que pague por sus delitos, sino que también se debe garantizar la reparación del daño y la recuperación de los recursos públicos que fueron desviados o malversados.
