A horas de que el presidente chileno Gabriel Boric inicie este jueves una exigida, postergada y expectante visita de dos días a la Región de la Araucanía -o Wallmapu, territorio ancestral de los mapuche-, la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), una organización política/militar de resistencia indígena, llamó a «repudiar y combatir esta estrategia» y afirmó que «mientras existan presos políticos mapuche y militarización, no habrá diálogo» de paz con el Estado.
La presencia de Boric «obedece a los intereses de la oligarquía, al poder de los grupos económicos que confrontan directamente con la causa mapuche, toda vez que bajo su gobierno se han agudizado las estructuras de dominación que históricamente hemos combatido», dijo la CAM en una declaración.
Organizaciones empresariales, víctimas de la violencia y la oposición derechista han demandado durante meses que el mandatario concurra a la zona, algo que evitó hacer desde que asumió en marzo pasado. Ahora llegará a Temuco, la capital regional, y visitará también las localidades de Lonquimay, Angol y Villarrica, protegido por un gran despliegue de seguridad. Se especula que hará anuncios en materias de recuperación económica, seguridad y reparación a víctimas de la violencia reinante.
En esa zona al sur de Chile, de unos 75 mil kilómetros cuadrados y cuyo límite norte está a unos 600 kilómetros de la capital, unas cinco organizaciones rebeldes -la CAM con 20 años de existencia es la más antigua de ellas- realizan sabotaje y destrucción principalmente de empresas forestales que explotan entre 4 y 5 millones de hectáreas de pino y eucalipto; pero también atacan haciendas agrícolas, infraestructura diversa, iglesias, escuelas y todo aquello que consideren símbolo de dominación.
Eso fue significando un evidente abandono de la presencia del Estado, dando paso a mafias de narcotraficantes y de robo de madera. Sucesivos gobiernos abordaron infructuosamente el asunto con masiva presencia policial, recurriendo entonces al despliegue del ejército en carreteras principales y secundarias.
Pero lejos de amainar, la violencia continúa: previo al viaje de Boric, los rebeldes lanzaron una ofensiva que implicó la quema y destrucción de decenas de maquinarias, camiones e infraestructura forestal, lo mismo que cabañas de veraneo y bodegas agrícolas.
«Para nosotros nada ha cambiado, por el contrario, ahora el colonialismo y el capitalismo se presentan con aires “progresistas”, reacomodándose en el Wallmapu para continuar con el saqueo, la criminalización, la represión, el asesinato y el encarcelamiento de nuestros weichafe (guerreros), verdaderos revolucionarios que no se someten a esta seudo izquierda artera y traidora del movimiento mapuche autonomista», dijo la CAM.
Acusó que «Boric vendrá extremadamente custodiado por fuerzas especiales y militares, lo que refleja su postura a favor de la militarización del Wallmapu. Así también da un portazo a un verdadero dialogo con las expresiones de la resistencia mapuche. Lo que pretende realmente es reunirse con un sequito de reconvertidos y lacayos del poder, con yanaconas y oportunistas que ya están de rodillas frente a la ignominia de mantener el sistema», agregando que «con sabotaje y resistencia daremos continuidad al proceso de liberación nacional mapuche».
LaJornada