Una semana después del espectacular eclipse solar que cautivó a miles en México, Estados Unidos y Canadá, la NASA sorprende al mundo con una serie de impresionantes imágenes capturadas por uno de sus fotógrafos, mostrando majestuosas llamas de color rosa fucsia emergiendo detrás del eclipse solar.
Keegan Barber, autor de estas sorprendentes fotografías, logró capturar el momento en que la luna bloqueó el sol y sumió a Dallas, Texas, en la oscuridad el pasado 8 de abril de 2024.
Las imágenes revelan enormes llamaradas rosadas de plasma emergiendo de la superficie del sol hacia su segunda atmósfera, la cromosfera, y la corona solar más externa. Estas gigantescas llamas, conocidas como «prominencias solares», son bucles de plasma en la superficie del sol formados por gas sobrecalentado y cargado eléctricamente, que pueden perdurar durante meses seguidos.
Durante el eclipse de la semana pasada, tanto astrónomos profesionales como aficionados tuvieron la rara oportunidad de observar estas prominencias solares, que normalmente quedan oscurecidas por el resplandor solar. Barber, quien también es investigador fotográfico de la NASA, capturó múltiples instantáneas de alta resolución de estas prominencias solares, que se volvieron inusualmente visibles gracias al eclipse lunar.
La tonalidad rosada de los relieves solares se debe a la transformación del gas hidrógeno del sol en plasma, que emite una luz rojiza cuando se calienta a altas temperaturas. Este fenómeno se basa en el principio científico de que el calentamiento de diversos elementos químicos produce colores específicos, similar a lo que se observa en la industria de los fuegos artificiales.
El eclipse ocurrió durante un máximo solar, un período de intensa actividad magnética que ocurre cada 11 años, lo que contrasta con el eclipse solar total de 2017, que ocurrió durante un mínimo solar, mostrando menos actividad magnética en el sol y prominencias solares restringidas principalmente a la región ecuatorial.