Durante una exposición de tecnología en Arabia Saudita, un incidente provocó un intenso debate sobre los límites de la interacción entre humanos y robots. Durante una transmisión en vivo, el robot humanoide «Muhammad» realizó un gesto que algunos interpretaron como un caso de acoso hacia una reportera de televisión.
En el video viralizado en las redes sociales, se observa cómo «Muhammad» levanta su mano y roza el glúteo de la reportera mientras esta realizaba su cobertura en el evento. Este gesto desató una serie de reacciones, con algunos argumentando que se trató de un movimiento accidental, mientras que otros lo consideraron un claro caso de acoso.
Los ingenieros responsables del desarrollo de «Muhammad» han emitido disculpas, asegurando que se trató de una falla técnica en el robot y no de un comportamiento intencional. Sin embargo, el incidente ha avivado el debate sobre la responsabilidad de los creadores de inteligencia artificial en garantizar el respeto de los derechos y la dignidad de las personas.
A pesar de las opiniones encontradas, el caso ha puesto de manifiesto la necesidad de establecer protocolos claros y éticos para la interacción entre humanos y robots, especialmente en eventos públicos y situaciones mediáticas.