Más de 137 muertos en el ataque más mortífero en Europa, reivindicado por el Estado Islámico
Rusia se sumió en un día de duelo nacional tras el devastador ataque en una sala de conciertos en las afueras de Moscú, que dejó más de 137 muertos en el atentado más mortífero en Europa, reivindicado por el grupo Estado Islámico.
Las autoridades rusas han confirmado que el número de fallecidos se elevó de 133 a 137, incluyendo tres niños, mientras que la cifra de heridos asciende a 182, con 101 hospitalizados y 40 en estado crítico. Los rescatistas continúan buscando entre los escombros del edificio incendiado por los atacantes, y se teme que el balance de víctimas pueda aumentar.
Los presuntos autores materiales del ataque fueron detenidos y comparecieron ante un tribunal en Moscú, donde enfrentan cargos de terrorismo y podrían ser condenados a cadena perpetua. Su detención preventiva ha sido fijada hasta el 22 de mayo, mientras se espera la fecha para su juicio.
En solidaridad con las víctimas, los museos y teatros de Moscú anunciaron su cierre durante el fin de semana, y los restaurantes de la capital se comprometieron a donar parte de sus ganancias a los familiares de las víctimas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, señaló una posible trama relacionada con Ucrania, pero Estados Unidos desmintió estas afirmaciones, declarando que el Estado Islámico es el único responsable del ataque y que no hubo participación alguna de Ucrania.
El grupo yihadista, que Rusia ha combatido en Siria y está presente en el Cáucaso ruso, ha perpetrado atentados en el país desde finales de la década de 2010. Este trágico evento ha sumido a Rusia en luto y ha generado una condena internacional unánime contra el terrorismo.