Un ataque de militares en el norte de México dejó cinco jóvenes muertos y un sobreviviente, denunció el Comité de Derechos Humanos del estado Tamaulipas, donde ocurrieron los hechos.
Raymundo Ramos, representante del organismo, relató que las víctimas fueron atacadas a balazos cuando iban de regreso a sus casas en una camioneta en la ciudad Nuevo Laredo, cerca de la frontera con Estados Unidos. Incluso, agregó el defensor, dos de ellos habrían sido «rematados» con disparos en la nuca.
«El ejército mexicano está fuera de control», dijo Ramos a Reuters. «La fiscalía tiene que aclarar lo que pasó y el presidente debe dejar de protegerlos», señaló el abogado, que el lunes presentó una denuncia conjunta con los familiares de las víctimas.
En un comunicado emitido el domingo, el comité sostuvo que su personal se presentó en el lugar de la «masacre» y vio a un grupo de familiares de las víctimas reclamando a las autoridades. Posteriormente, tres militares dispararon para dispersar a los manifestantes. Videos en redes sociales muestran instantes de la escena.
El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha defendido el actuar de las fuerzas armadas y también ha rechazado que violen los derechos humanos como, sostiene, ocurría en el pasado.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) no respondió de inmediato a una solicitud de información de Reuters.
Diversos organismos de derechos humanos han pedido al gobierno de México retirar a los militares de las tareas de seguridad pública, una estrategia del mandatario para contener la inseguridad en el país. La ONU sostiene que, con los uniformados en las calles, han aumentado las violaciones a derechos humanos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales.
Reuters