El funeral del papa Benedicto XVI ha sido inédito en los últimos tiempos ya que ha sido presidido por un papa, además tras su entierro no habrá elección de un nuevo papa como normalmente se hace y tampoco se destruirá el anillo del pescador como es la costumbre, ya que se anuló en la fecha de su renuncia en el 2013. Y es que Benedicto XVI fue el primer pontífice que renunció al cargo desde 1415, cuando lo hizo Gregorio XII.
La misa fue precedida por el actual Papa Francisco quien llegó en silla de ruedas a la Plaza de San Pedro debido a su problema en las rodillas. A pesar de esto, realizó la homilía, muy religiosa refiriéndose a el como: “Benedicto, fiel amigo del Esposo, que tu gozo sea perfecto al oír definitivamente y para siempre su voz”. A la misa asistieron alrededor de 50,000 personas que esperaban despedir al difunto Papa en persona.
Además, al funeral asistieron personalidades diplomáticas de todo el mundo a dar el último adiós al difunto pontífice. Una de las más importantes fue la reina emérita Sofía, el rey Felipe de Bélgica y su esposa Matilde, delegaciones de gobierno y presidencia de Italia y Alemania (país nativo del Papa Benedicto) y otros mandatarios mundiales como el presidente de Portugal, Marcelo Nuno Duarte Rebelo de Sousa o el presidente de Polonia, Andrzej Duda o el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, entre otros.
El funeral de Benedicto XVI terminó alrededor de las 11:40 de la mañana, cuando su féretro fue enterrado en la cripta papal de la Basílica. Benedicto XVI reposará en un triple féretro como sus antecesores: primero en uno de ciprés forrado con terciopelo carmesí, que será introducido en otro de zinc sellado y que, a su vez, acabará dentro de un tercero en madera de olmo.
En el interior del primero, junto al cuerpo del difunto Papa, se meterán las medallas y monedas acuñadas durante su pontificado, entre 2005 y 2013, hasta su histórica renuncia, así como los distintos palios que tuvo como arzobispo y papa y la estola de lana blanca que se lleva sobre los hombros en señal de jurisdicción.
Así culmina esta ceremonia en donde descansa en paz uno de los Papas con menos tiempo en su cargo de los últimos tiempos: siete años, 10 meses y nueve días; menos incluso de lo que duró su tiempo como Papa emérito.