Mark Carney, exgobernador de los bancos de Canadá e Inglaterra, se ha proclamado ganador de las elecciones federales canadienses. Su Partido Liberal obtuvo 164 escaños frente a 149 de los conservadores, aunque deberá gobernar en minoría.
Las declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump encendieron el nacionalismo canadiense y fortalecieron el apoyo al Partido Liberal. Carney, en su primer mensaje tras la victoria, aseguró que Trump “quiere rompernos, pero eso no sucederá jamás”.
Aunque no alcanzaron la mayoría absoluta (172 escaños), los liberales mejoraron su posición respecto al Parlamento anterior, donde contaban con 152 diputados. Carney ha prometido gobernar con inclusión y diálogo con todas las fuerzas.
El Partido Conservador, liderado por Pierre Poilievre, aceptó la derrota y prometió una oposición firme. El Bloque Quebequés y el Nuevo Partido Democrático sufrieron retrocesos importantes.
En especial, el NPD podría caer de 25 escaños a solo siete, perdiendo bastiones como Vancouver. Esto deja a los liberales con la responsabilidad de tejer alianzas para poder legislar.
La victoria de Carney refuerza la imagen de estabilidad frente a la retórica de Trump y abre una nueva etapa en la política canadiense, marcada por el reto de mantener la unidad nacional en tiempos de polarización.
