Por Eduardo Borunda
Regresar a un espacio cerrado, lugar de batallas y peleas por títulos deportivos, recinto universitario que igual sirve para una ceremonia multitudinaria de nuevos profesionistas, maestros y doctores en las diversas áreas del conocimiento humano es siempre un lugar que permite se regrese a los recuerdos.
Allí en Ignacio Mejía y Fernando Montes de Oca en el año de 1995 se escenificó una de las campañas internas más fuertes dentro del priismo juarense que aún son recordadas en las charlas de café de los políticos de la vieja escuela. Carlos Morales Villalobos se enfrentaba a Héctor González Mocken por la nominación de la candidatura a la alcaldía, un proceso donde los lectores de las credenciales de elector se usaron por primera vez (cosa que ahora no sé por qué no las usan).
Pues ahora, en ese mismo escenario se concentraron las fuerzas políticas que una vez tuvieron un motivo de confrontación en la arena política cumpliendo un dicho o refrán popular, “lo que un día los separó, hoy los reunió”. Las caras de actores políticos distintos, en una visión no apocalíptica, pero si con ese algo que chocaba en cada una de las expresiones de los asistentes. Un Juárez surrealista, mágico, lleno de expectativas, de banderas, de porras de un color y de otro.
Las mezclas de azules, tricolores, amarillos y hasta algunos que otros colores de partidos inconformes de sus caballerizas se vieron rondar en la duela. El ambiente empezaba a las 12:00 horas, para empezar un poco más tarde, poco a poco las hordas de las tribus empezaron a llegar, unos discretos, otros con la esperanza de tomarse la selfie identificados como los “Xochilovers”.
Nerviosismos de un lado y de otro, un gimnasio difícil, una entrada central, preparada para que pudiera estar subiendo la intensidad de quienes querían ver de cerca a la candidata presidencial.
Los discursos cronometrados, menciones a los dirigentes de los partidos políticos, como si fuera un pase de lista, lo fue en realidad. Las porras a los coordinadores de campaña, Rogelio Loya, Francisco Barrio Terrazas, la mención a los candidatos al senado Daniela Soraya Álvarez Hernández y Mario Vázquez Robles. Discurso ya muy ensayado, va de menos a más, notoriedad en la aclaración de lo que se dijo y con el manejo de cifras que la experiencia en los oficios legislativos le ha dado.
La valoración de la asistencia es evidente, Juárez es una prioridad por el número significativo de votos que puede inclinar la balanza hacia un lado o hacia el otro. Recordemos con la elección del año 2006, Felipe Calderón Hinojosa tuvo una diferencia en su constancia de mayoría que es igual al número de votos que obtuvo en Ciudad Juárez.
Ciudad Juárez paradigmático, es como un experimento político al que unos han llamado laboratorio de las expresiones electorales. De comprobar esta teoría, la estaremos comentando en 50 días, cuando los resultados electorales tengan ya una clara evidencia de lo que pasó el 2 de junio. La teoría de la que comento es que siempre en Juárez, quien gana la elección de presidente de la república gana la elección a nivel nacional. Hay candidatos que no ganaron los estados y/o ciudades, pero sí ganaron la contienda a nivel nacional.
La pregunta será entonces planteada ¿Quién gané la elección en Ciudad Juárez será la próxima presidenta de México? Quedan 45 días para ir a las urnas, la gran mayoría de los que vamos a ir a las urnas, o queremos ir a las mismas, ya sabemos por quién votaremos o por quien no votaremos. El voto es secreto, pero el resultado del ejercicio democrático lo conoceremos el propio domingo ya entrada la medianoche. ¿Usted ya sabe por quién va a votar?