El portavoz de la oficina de Derechos Humanos de la ONU, Jeremy Laurence, ha condenado este miércoles la ejecución en Afganistán de un hombre condenado por asesinato en la que es la primera pena capital aplicada en público desde que los talibán regresaron al poder en agosto de 2021.
«Las ejecuciones públicas constituyen una forma de trato o pena cruel, inhumano o degradante.
Tales ejecuciones son de naturaleza arbitraria y contrarias al derecho a la vida protegido por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el que Afganistán es Estado parte», ha especificado en un comunicado en el que ha calificado de «profundamente inquietante» este hecho.
Laurence ha explicado que la pena de muerte «es incompatible con los principios fundamentales de los Derechos Humanos», por lo que «su uso no puede conciliarse con el pleno derecho a la vida. Así, ha instado a las autoridades a que «establezcan una suspensión inmediata de cualquier otra ejecución».
El portavoz del grupo y viceministro de Información y Cultura afgano, Zabihulá Muyahid, ha señalado este mismo miércoles en un comunicado publicado en su cuenta en Twitter que el ajusticiado, identificado como Tajmir, fue condenado por el asesinato de otro hombre en la localidad de Gang, en la provincia de Fará.
Muyahid ha indicado que el viceprimer ministro afgano y cofundador de los talibán, el mulá Abdulghani Baradar, y el ministro del Interior y líder de la Red Haqqani, Sirajudin Haqqani, han estado presentes en la ejecución junto a otros altos cargos del Emirato Islámico Según las informaciones recogidas por la agencia afgana de noticias Jaama Press, antes de la ejecución se han realizado convocatorias a la población residente en la zona para que acudieran al polideportivo local para presenciar la ejecución, la primera desde la restauración del Estado Islámico de Afganistán, tal y como ha informado la agencia oficial Bajtar News.
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