Decenas de mujeres afganas han iniciado un movimiento de protesta en internet, compartiendo videos en los que cantan y muestran solo una pequeña parte de su rostro. Esta iniciativa surge como respuesta a una nueva ley del gobierno talibán que prohíbe que las voces femeninas se escuchen en público. La ley, promulgada a finales de julio, forma parte de un conjunto de medidas bajo la premisa de «promover la virtud y prevenir el vicio», supuestamente en conformidad con la sharía, la ley islámica.
La controvertida ley impone 35 artículos que dictan una serie de obligaciones, principalmente relacionadas con la vestimenta, y prohibiciones estrictas sobre la expresión pública de las mujeres, incluyendo el canto y la recitación de poesía. Como respuesta, mujeres afganas dentro y fuera del país han utilizado las redes sociales para desafiar esta represión, publicando videos en los que cantan con mensajes como «mi voz no está prohibida» y «no a los talibanes», visibilizando su resistencia contra las restricciones impuestas por el régimen.
En uno de los videos, presuntamente grabado en Afganistán, una mujer aparece vestida completamente de negro, con un velo que cubre su rostro mientras canta. Su mensaje es claro: «Me redujeron al silencio para los próximos años. Me encarcelaron en mi casa por el único delito de ser una mujer». Esta declaración refleja el sentimiento de muchas mujeres que ven sus derechos y libertades fundamentales severamente restringidos bajo el régimen talibán.
Además de los videos, grupos de activistas han publicado imágenes donde levantan el puño en señal de desafío o rompen fotografías del jefe supremo de los talibanes, el emir Hibatulá Ajundzada. Estas acciones son un acto de resistencia frente a un régimen que gobierna por decreto desde su bastión en Kandahar, en el sur de Afganistán. El movimiento ha captado la atención internacional, destacando la valentía de las mujeres afganas que, a pesar del peligro, continúan alzando su voz contra la opresión.
La nueva ley talibán también establece que las mujeres no pueden ser vistas ni escuchadas fuera de sus hogares, y cuando deben salir por necesidad, se les exige cubrir su rostro, cuerpo y voz. Esta serie de prohibiciones ha generado una profunda preocupación a nivel mundial, con la ONU y organizaciones de derechos humanos expresando su alarma por el impacto en los derechos fundamentales de las mujeres en Afganistán. A pesar de la condena internacional, los talibanes siguen adelante con sus medidas represivas, retrocediendo a políticas similares a las de su régimen de los años 90, y sumiendo al país en una crisis de derechos humanos.
