BÉRGAMO, ITALIA – Un trágico incidente ocurrió el martes 8 de julio en el aeropuerto Orio al Serio de Bérgamo, cuando un hombre de 35 años murió tras ser succionado por el motor de un avión Airbus A319 de la aerolínea Volotea. El vuelo se dirigía a Oviedo, España, con 154 pasajeros a bordo.
Según las autoridades, el individuo no era pasajero ni empleado del aeropuerto. Logró ingresar a la pista tras abandonar su automóvil y forzar una puerta de seguridad. Fue perseguido por la policía, pero llegó hasta la aeronave en el momento exacto en que realizaba la maniobra de “pushback”.
El motor del avión absorbió al hombre, provocando su muerte instantánea. Los pasajeros no sufrieron lesiones, pero fueron atendidos psicológicamente por personal de emergencia.
El aeropuerto cerró operaciones durante casi dos horas, causando cancelaciones y desvíos a terminales cercanas como Bolonia y Milán. Las autoridades investigan cómo logró el sujeto burlar los protocolos de seguridad.
Este tipo de accidentes, aunque raros, han ocurrido antes. En 2023, empleados de aerolíneas en Alabama y Texas murieron en circunstancias similares. En 2024, se reportaron incidentes en Irán y los Países Bajos, lo que ha impulsado la revisión global de protocolos de seguridad en tierra.
La tragedia en Bérgamo reabre el debate sobre la vulnerabilidad en aeropuertos altamente transitados y la necesidad de reforzar los controles de acceso a zonas restringidas.