El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una advertencia este miércoles contra la Unión Europea (UE), asegurando que responderá con firmeza a la amenaza de aranceles de represalia valorados en 26,000 millones de euros (28,000 millones de dólares). Estas medidas, previstas para abril, llegan después de que Washington impusiera gravámenes a las importaciones de acero y aluminio.
“Por supuesto que responderé”, declaró Trump a los periodistas al inicio de una reunión con el primer ministro de Irlanda, Micheál Martin, en el Despacho Oval. El republicano también aprovechó la ocasión para criticar las políticas fiscales irlandesas, argumentando que han permitido que empresas estadounidenses trasladen sus operaciones fuera del país.
Durante su encuentro con Martin, Trump señaló a Irlanda como uno de los países de la UE que “se aprovechan de Estados Unidos” mediante su sistema fiscal, diseñado para atraer a grandes corporaciones.
“Tenemos un déficit masivo con Irlanda y otros países”, afirmó, asegurando que la permisividad del liderazgo estadounidense ha permitido que las compañías farmacéuticas y de otras industrias trasladen sus operaciones a ese país.
Tengo un gran respeto por Irlanda, pero Estados Unidos no debería haber dejado que sucediera”, sentenció el mandatario, quien enfatizó que la imposición de aranceles buscaría fortalecer la fabricación estadounidense.
Este miércoles entraron en vigor los aranceles impuestos por Trump a todas las importaciones de acero y aluminio en Estados Unidos, una medida que ha intensificado la guerra comercial global y ha generado respuestas inmediatas por parte de sus socios comerciales.
La Comisión Europea anunció la aplicación de aranceles de contrapartida a productos estadounidenses por un valor equivalente al impacto de las restricciones de Washington. Según el organismo europeo, estas medidas se implementarán a partir de abril y afectarán a sectores estratégicos de la economía estadounidense.
Los gravámenes impuestos por la administración Trump incluyen:
Un arancel del 25% sobre todas las importaciones de acero.
Un arancel del 10% sobre el aluminio.
Expansión de tarifas a cientos de productos derivados de estos metales.
Con esta nueva escalada, la relación comercial entre Estados Unidos y la UE enfrenta una creciente tensión que podría afectar a diversos sectores industriales. Analistas advierten que las represalias europeas podrían generar un impacto significativo en la economía estadounidense, especialmente en industrias clave como la automotriz y la aeronáutica.
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