La reciente reforma al Código Penal Federal y a la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, ratificada por el Senado de la República, establece severas sanciones para el uso criminal de drones.
Esta medida legislativa busca frenar la escalada del crimen organizado que utiliza estos dispositivos en zonas de alta incidencia delictiva en México.
Con penas de prisión que oscilan entre los 15 y 40 años, además de multas económicas significativas, el gobierno intenta contrarrestar esta amenaza tecnológica emergente.
La reforma introduce sanciones específicas para diversas actividades criminales asociadas al uso de drones.
Quienes empleen estos dispositivos para lanzar explosivos enfrentarán de 10 a 20 años de cárcel; si la acción resulta en daños a civiles o al personal de seguridad, la pena podría incrementarse hasta 30 años.
Además, se establecen penas de cinco a 10 años para aquellos que importen, fabriquen, ensamblen, adquieran o adapten drones para transportar explosivos, armas o narcóticos.
La legislación también aborda el uso de drones equipados con tecnología para grabar o fotografiar, penalizando su empleo para espiar a servidores públicos o fuerzas de seguridad.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Defensa Nacional, ilustran un aumento en los ataques con drones en México, particularmente en los estados de Guerrero, Michoacán y Tamaulipas.
Desde solo cinco incidentes reportados en 2020, la cifra se disparó a 260 en 2023, resaltando la creciente dependencia del crimen organizado en estas tecnologías avanzadas para llevar a cabo sus actividades delictivas.
Este incremento alarmante en el uso de drones para actos criminales ha urgido la implementación de esta reforma, que busca no solo castigar el uso indebido, sino también disuadir a los grupos criminales de adoptar tales métodos.
La efectividad de estas medidas requerirá una implementación rigurosa y una cooperación continua entre las diversas agencias de seguridad.
Un dron, también conocido como vehículo aéreo no tripulado (VANT), es un tipo de aeronave que puede operar sin un piloto humano a bordo.
Los drones son controlados a distancia por un operador o pueden volar de manera autónoma a través de sistemas de control programados que utilizan sensores y GPS para navegar.
