Investigadores de las universidades de Cambridge y University College London (UCL) han dado un paso revolucionario en el campo de la robótica al crear una piel artificial capaz de detectar simultáneamente presión, temperatura y diferentes tipos de contacto físico, incluidos cortes, quemaduras o golpes. El desarrollo, publicado en la revista Science Robotics, podría tener aplicaciones determinantes en el diseño de prótesis inteligentes, robots médicos y dispositivos de asistencia para personas con discapacidad.
La tecnología se basa en un sistema sensorial multimodal integrado en un solo material: un hidrogel conductor, flexible y autorreparable. Este material contiene más de 860 000 microcanales eléctricos que responden a cambios físicos en tiempo real. A diferencia de otras pieles electrónicas que requieren múltiples sensores superpuestos, esta innovación utiliza una única capa activa que puede distinguir, gracias a algoritmos de aprendizaje automático, la naturaleza y la ubicación del estímulo.
“Queríamos desarrollar una piel artificial tan versátil como la humana. Este sistema puede identificar si ha sido tocado con fuerza, suavemente, si está siendo calentado o cortado, todo con una sola señal analógica”, explicó el profesor Benjamin Tee, coautor del estudio.
El prototipo desarrollado incluye una mano robótica recubierta con esta piel sintética, que puede agarrar objetos frágiles, como frutas o vasos de vidrio, sin romperlos. En el futuro, esta tecnología podría emplearse en robots de rescate, brazos protésicos sensibles o incluso automóviles con superficies inteligentes capaces de reaccionar al entorno.