Cuba inició los trabajos con la empresa francesa de telecomunicaciones Orange para instalar un cable submarino que unirá al país con Martinica, una apuesta a mejorar la conectividad y el servicio de internet.
El anuncio se produce una semana después de que el gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, instó a la Comisión Federal de Comunicaciones a denegar una solicitud para conectar a Cuba con Estados Unidos mediante nuevo punto de llegada de un cable submarino que manejaría el tráfico de internet, voz y datos.
El operador estatal cubano de las telecomunicaciones ETECSA había anunciado el miércoles el proyecto alternativo del cable submarino, denominado ARIMAO, al argumentar en un comunicado que «todos los permisos están en su lugar para su despliegue».
El texto no especificó la capacidad ni el costo del cable.
Las obras del proyecto comenzaron el jueves, según dijo Tania Velázquez, presidenta de ETECSA.
«Hoy se realizó el acto oficial para iniciar las labores técnicas de instalación del nuevo cable submarino, resultado de los trabajos conjuntos de ETECSA y Orange que permitirá la divesificación a Internet en Cuba», dijo Velázquez en un tuit.
Las telecomunicaciones de Cuba van a la zaga en comparación con gran parte del resto del mundo y necesitan modernización.
Hasta 2013, internet no estaba disponible en gran medida para el público en Cuba. Y el internet móvil llegó en 2018.
El Gobierno ha aumentado el acceso a la web en los últimos años, en parte gracias a la instalación del cable de fibra óptica ALBA-1 que conecta con Venezuela.
Alrededor de 300 cables submarinos forman la columna vertebral de Internet, transportando el 99% del tráfico de datos.
Orange había recibido en 2020 una orden de un tribunal de París de pagar a su rival local Digicel alrededor de 250 millones de euros por compensación debido a prácticas anticompetitivas en el Caribe francés, incluyendo a Martinica.
Reuters
