El alcalde Cruz Pérez Cuéllar vivió un fin de semana muy intenso, de mucha adrenalina. Primero tuvo toda la emoción a flor de piel por los dos últimos juegos del campeonato regional de beisbol en donde los Indios de Juárez salieron campeones.
Estuvo presente en ambos encuentros celebrados en chihuahuitas tierras, animando al equipo aborigen, y vivió tan fuertemente el partido final que, al consumarse la victoria, no pudo evitar emocionarse al borde de las lágrimas.
Así, el beisbol volvió a unir a la clase política de la entidad, pero no precisamente en las gradas, sino en el campo de batalla electoral en el que ya se están jugando algo más que un campeonato: la gubernatura de 2027.
Y sí, el fin de semana, entre batazos y discursos, quedó clarito que Cruz Pérez Cuéllar, alcalde de Juárez, agarró más que el trofeo de los Indios: se colgó el manto de precandidato favorito de Morena, con toda la cargada y la batucada.
Resulta que el dichoso primer informe de gobierno de Cruz fue un fiestón de esos que rara vez se ven en la frontera. Entre cumbias, luces láser y fuegos artificiales, el presidente municipal no solo rindió cuentas, sino que mostró músculo político.
Dicen las malas lenguas que hasta parecía arranque de campaña y no informe, con la crema y nata de la política fronteriza, sector empresarial y hasta invitados de El Paso y Nuevo México. La gran ausente: la gobernadora Maru Campos, quien mandó recado de salud y respaldo vía Sergio Nevárez. Vaya, hasta eso se cuida el protocolo.
El show arrancó con Grupo Cañaveral haciendo bailar a los miles de familias reunidas en el estadio 8 de Diciembre. Así, entre cumbia y verbena popular, Cruz Pérez Cuéllar aprovechó para soltar el tradicional “no están solos” a los policías y bomberos, presumió inversiones históricas y hasta recibió el trofeo de campeones de los Indios de Juárez, que acababan de romper 25 años de sequía.
“El cambio sigue y lo mejor está por venir”, soltó, mientras los reflectores se encendían y los operadores políticos tomaban nota. Todo un guiño a la gubernatura. Y por si quedaba duda, ahí estaba el diputado Ricardo Monreal para destaparlo, así como quien no quiere la cosa: “Cruz, debes sentirte muy satisfecho. Ánimo, que el cambio viene y eso nadie lo detiene”, remató el morenista.
La pelea por Chihuahua pinta para ponerse buena. Cruz ya saca ventaja en reflectores y asistencia multitudinaria, mientras que Bonilla, desde la capital, aguanta vara tras el descalabro deportivo de los Dorados.
El informe no solo fue fiesta. También se habló de números: mil 900 millones en obras públicas, 353 calles mejoradas, 134 parques rehabilitados, 121 domos en escuelas y 20 mil personas atestiguando el show.
Y hay que decirlo, los mensajes de unidad, trabajo duro y “aquí está el cambio y vamos por más” suenan bien, pero la ciudadanía ya aprendió a leer entre líneas. Saben que la grilla no para y que los eventos multitudinarios no garantizan votos ni resultados. Eso sí, el ambiente festivo y el destape público dejan claro que Juárez será el peso que incline la balanza.
Hay que resaltar que la presencia de autoridades de Estados Unidos, el despliegue de seguridad y el operativo mediático hablan de un equipo crucista bien aceitado.
La que sigue moviendo las piezas es Claudia Sheinbaum, quien –según Monreal– no pierde de vista el trabajo de Cruz. ¿Acaso será bendición anticipada o solo cortesía de rigor?
También hubo informe de actividades legislativas de la senadora Andrea Chávez, pero de ella no hay mucho que comentar: su evento pasó casi desapercibido frente al despliegue del alcalde.