El Vaticano dio un paso clave hacia la elección del próximo líder de la Iglesia Católica al instalar este viernes la icónica chimenea que anunciará si ha habido consenso entre los cardenales reunidos en cónclave a partir de la próxima semana.
En una operación discreta, bomberos del Vaticano colocaron el estrecho cilindro marrón por donde saldrá el humo blanco o negro, símbolo del resultado de las votaciones que se celebrarán en la Capilla Sixtina, bajo los frescos de Miguel Ángel.
Desde el miércoles, 133 cardenales quedarán encerrados para elegir al nuevo pontífice. Se realizarán cuatro votaciones diarias, y las papeletas serán quemadas con sustancias que generen humo blanco en caso de éxito o negro si no se alcanza un acuerdo.
La mayoría de los cardenales fueron designados por el papa Francisco y provienen de regiones antes marginadas por el Vaticano, lo que podría influir en el perfil del nuevo líder espiritual de más de mil 400 millones de fieles.
En las reuniones previas, los temas más discutidos han sido los abusos sexuales dentro de la Iglesia, la crisis financiera del Vaticano y la necesidad de reformas. “Va decantándose la elección poco a poco”, señaló el cardenal uruguayo Daniel Sturla.
El cónclave se celebrará bajo estricto secreto, sin acceso a celulares ni medios de comunicación. Aunque muchos creen que la elección será rápida, analistas como Marco Politi advierten que hay una fuerte fractura interna que podría hacer de este cónclave uno de los más complejos de los últimos tiempos.
