Lo que antes parecía ciencia ficción comienza a volverse realidad. Tres distritos escolares de Florida pondrán a prueba drones equipados con dispositivos no letales para responder a tiroteos dentro de los planteles educativos.
El proyecto, respaldado con 557 mil dólares del presupuesto estatal 20252026, cuenta con el apoyo del gobernador Ron DeSantis y busca reducir el tiempo de respuesta frente a un atacante armado.
Los drones, fabricados por la empresa texana Campus Guardian Angel, pueden estar listos en 15 segundos tras activarse una alarma silenciosa. Se desplazan entre 48 y 80 km/h en interiores y alcanzan los 160 km/h en exteriores, lo que les permite cubrir grandes campus en segundos.
Cada aparato puede transmitir video en vivo, comunicarse por audio y lanzar balines de pimienta o romper vidrios para distraer a un atacante. Los operadores, pilotos certificados por la FAA con experiencia militar y en carreras de drones, manejan los equipos desde un centro en Texas.
Sin embargo, la iniciativa despierta fuertes críticas. Expertos advierten riesgos de fallas técnicas, accidentes con estudiantes o caos en medio de una situación crítica, ya que cada escuela podría operar entre 30 y 90 drones.
El piloto arrancará entre septiembre y octubre, y se prevé que en enero el sistema quede completamente operativo. Desde la tragedia de Parkland en 2018, Florida ha registrado más de 60 incidentes armados en escuelas, lo que explica la urgencia de este controvertido proyecto.