Lo que parecía una emocionante expedición al fondo del mar para poder explorar los restos del Titanic terminó en una desgracia que cobró la vida de cinco personas.
Fue un domingo por la mañana cuando zarpó la cápsula submarina bautizada paradójicamente Titan, con la intención de sumergirse por algunas horas en el océano para visitar los restos del mítico Titanic.
Ahora se sabe que las cosas salieron mal casi dos horas después de que comenzara la inmersión cuando se perdió la comunicación con la nave, pero no fue sino hasta las cinco de la tarde que las alarmas comenzaron a encenderse cuando las autoridades fueron notificadas de esta situación.
Según se daba a conocer, la cápsula contaba con una cantidad de oxígeno limitada, por lo que comenzó una movilización por tierra, mar y aire de forma internacional para intentar rescatar a las cinco personas que iban a bordo.
El mundo mantuvo la mirada sobre esta búsqueda, aunque los expertos apuntan a que el terrible final llegó mucho antes de lo que se descubrió lo que había pasado. Y es que el jueves, que había sido marcado como el día en el que se acabaría el oxígeno, la desesperanza llegó mucho antes, al encontrar en el fondo del mar pedazos de la nave.
Con las horas, las peores sospechas se confirmarían, lo más probable es que la nave hubiera sufrido una implosión debido a la presión de la profundidad a la que se encontraba, matando de forma inmediata a los cinco tripulantes.
Desde entonces, se han dado análisis, condolencias y declaraciones, estas últimas, por parte de los familiares de las víctimas, pero a la par de esto, las autoridades seguían trabajando.
Mientras que en el barco del que había salido la cápsula se encontraba bajo los cuestionamientos de la guardia costera, otro grupo se encontraba realizando trabajos en el fondo del mar. Aunque se anunció desde el primer momento que no sería fácil recuperar los cuerpos, lo que ha salido hoy a la superficie son los restos de la cápsula.
La escena no ha sido una fácil, los restos de metal que se han recuperado en el barco Horizon Arctic y que se pudieron ver en el muelle de St. John, en Newfoundland, Canadá, dejan ver el grado de destrucción que provocó la implosión de la nave.
Buscando la discreción en todo momento, las piezas fueron rápidamente cubiertas, antes de ser colocadas en camiones que las trasportarán a donde serán analizadas, para intentar descubrir qué fue exactamente lo que pasó, y probablemente, encontrar las responsabilidades correspondientes de este caso.
Entre las piezas, la de mayor tamaño mostraba lo que aparentemente era un control de mando, con cables interconectados en distintos espacios, mientras que el resto no era más que pedazos de diversas porciones de la nave. Según se reportó en su momento, las primeras piezas fueron encontradas solamente a 500 metros de la proa del Titanic, lo que ha sido aún más consternante.