El presidente estadunidense, Donald Trump, agradeció este lunes a su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, por aceptar la expulsión de cientos de migrantes, acusados de terrorismo, de cara a solucionar el problema de “fronteras abiertas” que dice que heredó de anteriores administraciones.
“Teníamos gente estúpida al mando de este país, y puedo decir que lo que nos hicieron en la frontera jamás debe ni podrá olvidarse. Es un pecado lo que hicieron, y ustedes nos están ayudando. Se lo agradecemos”, le dijo Trump a Bukele en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
El presidente estadunidense volvió a equiparar la política migratoria de sus predecesores demócratas y en especial la del anterior presidente, Joe Biden, con una política de “fronteras abiertas”.
“Los estamos sacando (a los acusados de terrorismo). Pero lo que hicieron, y lo que ese partido (el Demócrata) le hizo a nuestro país, fronteras abiertas… Cualquiera podía entrar nada más oír eso”, afirmó Trump.
Tras sellar un contrato que implica una prestación de 6 millones de dólares por parte de Washington y del que se desconocen muchos detalles, El Salvador ha permitido el uso de su prisión de máxima seguridad, el Centro de Confinamiento para el Terroristo (Cecot), para albergar a supuestos miembros de las pandillas Tren de Aragua (TdA) y MS-13 expulsados de Estados Unidos.
En el marco de la gran ofensiva migratoria de Trump, Washington declaró que el Tren de Aragua está invadiendo su territorio y echó mano de una norma de 1798, la ley de Enemigos Extranjeros, para expeditar procesos de expulsión de supuestos miembros de la organización criminal transnacional con origen en una cárcel de Venezuela, pese a que expertos consideran que la presencia de la banda no es de ningún modo semejante a una invasión.
Nayib Bukele le dijo a Donald Trump, que Estados Unidos tiene un problema “con el crimen y el terrorismo” y que su país está deseando ayudar.
“Estamos deseando ayudar. Sabemos que tienen un problema con el crimen, un problema de terrorismo, y que necesitan ayuda. Somos un país pequeño, pero si podemos ayudar, lo haremos”, le señaló el mandatario centroamericano, que consideró un honor estar en el Despacho Oval junto al “presidente y líder del mundo libre”.
El presidente estadounidense ya había recibido a otros líderes latinoamericanos desde el inicio de su segundo mandato el pasado 20 de enero, pero esta es la primera vez que ese encuentro tiene lugar en la sede de la Presidencia en Washington y no es su residencia privada de Mar-a-Lago (Florida).
Bukele presumió de que San Salvador haya dejado de ser la “capital mundial del asesinato” y de que su país se haya convertido -en su opinión- en el país más seguro de Latinoamérica: “Algunas veces se dice que encarcelamos a miles. A mí me gusta decir que de hecho liberamos a millones”, dijo.
La reunión se produce en un momento en que El Salvador firmó un acuerdo con Washington para recibir a migrantes expulsados de Estados Unidos y retenerlos en una prisión de máxima seguridad, el Centro de Confinamiento para el Terrorismo (Cecot).
El Cecot es una prisión notoria por las denuncias de abusos a los derechos humanos y la legalidad del envío de migrantes a El Salvador ha sido cuestionada por organizaciones de derechos civiles, que han presentado varias demandas para bloquear la expulsión de más personas hacia el país centroamericano.
El Gobierno de Trump ha enviado al Cecot a un total de 232 migrantes, en su mayoría venezolanos, acusándolos de pertenecer a la banda criminal transnacional del Tren de Aragua.
El presidente de El Salvador afirmó que descarta devolver a Estados Unidos al migrante salvadoreño que fue enviado por error a la megacárcel del país centroamericano porque, dijo, es un “terrorista”.
El Tribunal Supremo estadounidense ordenó el pasado jueves el regreso a Estados Unidos del salvadoreño Kilmar Ábrego García, quien fue enviado al Centro de Confinamiento para el Terroristo (Cecot) de El Salvador a pesar de que contaba con una orden judicial contra su deportación.
“Por supuesto que no voy a hacerlo. ¿Cómo voy a enviar a un terrorista a Estados Unidos”, respondió el mandatario salvadoreño al ser cuestionado por la prensa en el Despacho Oval. “No lo voy a liberar. No nos gusta liberar a terroristas en nuestro país”, agregó Bukele, quien dijo que su país acaba de convertirse en el más seguro del continente y que si liberara a “criminales” volvería a convertirse en “la capital mundial de los asesinatos”.
EFE