El Pentágono ya presentó a Donald Trump los planes para atacar Irán, centrados en destruir la planta nuclear de Fordow. La operación dependería de la bomba GBU-57, una de las más poderosas del arsenal estadounidense, capaz de perforar 60 metros de roca
Las fuerzas armadas de Estados Unidos ya tienen listos los planes para un posible ataque militar contra Irán, según reveló el diario The Wall Street Journal. La decisión final recae en el presidente Donald Trump, quien habría aprobado los preparativos presentados por el Pentágono, aunque aún no ha dado la orden definitiva.
De acuerdo con fuentes de inteligencia y defensa, el objetivo principal sería la planta subterránea de enriquecimiento de uranio de Fordow, localizada a unos 100 kilómetros al sur de Teherán. Esta instalación, protegida por decenas de metros de roca sólida, ha sido señalada por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) como el único sitio iraní donde se han detectado rastros de uranio enriquecido a niveles militares.
Para lograr su destrucción, el ataque estadounidense dependería del uso de una bomba altamente especializada: la GBU-57/MOP (Massive Ordnance Penetrator), un proyectil de 13.600 kilogramos diseñado específicamente para penetrar hasta 60 metros de concreto reforzado o roca antes de detonar.
Esta bomba de precisión solo puede ser lanzada desde bombarderos estratégicos B-2 Spirit, también conocidos como “bombarderos invisibles”, capaces de operar desde bases en Misuri o desde la isla Diego García, en el océano Índico. Aunque también se ha probado su uso desde aeronaves B-52, el B-2 sigue siendo la principal plataforma operacional.
Israel, que mantiene un alto interés en la planta de Fordow, no cuenta con capacidad armamentística para perforar su blindaje natural. Sus bombas más avanzadas, como la GBU-28, apenas alcanzan penetraciones de 20 metros, por lo que la colaboración con EE.UU. sería imprescindible en caso de una ofensiva conjunta.
Hasta hace poco, Fordow estaba protegida por el sistema de defensa aérea ruso S-300, pero analistas militares aseguran que esta cobertura se ha visto gravemente reducida. Fuentes israelíes afirman que un 70 % de las baterías antiaéreas iraníes han sido destruidas en los últimos días, lo que facilitaría un ataque aéreo sin resistencia significativa.
La Casa Blanca ha confirmado que Trump tomará una decisión “en las próximas dos semanas”, lo que mantiene al mundo en vilo ante una posible escalada bélica en Medio Oriente. Aunque el mandatario desestimó públicamente las filtraciones del Wall Street Journal, no negó el contenido de las mismas.
Expertos señalan que, incluso con el poder destructivo de la GBU-57/MOP, el éxito del ataque no estaría garantizado, por lo que se prevé que la Fuerza Aérea planearía varios bombardeos consecutivos sobre Fordow para asegurar su aniquilación completa.
Una ofensiva de este tipo marcaría un punto de inflexión en la política internacional, con consecuencias geopolíticas impredecibles.
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