Después de un mes de incertidumbre, la NASA ha logrado recuperar la comunicación con la Voyager 1, una de las sondas espaciales más emblemáticas de la historia. Esto se ha logrado mediante la activación de una unidad de reserva que no se utilizaba desde 1981, una labor de ingeniería espacial, de esta manera tenemos noticias de una misión que supera con creces su vida útil proyectada, tras 47 años de su lanzamiento.
La Voyager 1 fue lanzada el 5 de septiembre de 1977 como parte del programa Voyager, destinado originalmente a explorar Júpiter y Saturno. Tras cumplir su misión principal, la sonda continuó su viaje hacia el espacio interestelar, enviando datos valiosos desde regiones nunca antes exploradas. Sin embargo, en octubre de 2024, un problema inesperado surgió: su transmisor de banda X, crucial para las comunicaciones, se apagó automáticamente al detectar un supuesto problema energético.
El problema se originó cuando los ingenieros intentaron activar un calentador en la nave. La Voyager 1, al interpretar que la energía era insuficiente, apagó varios sistemas no esenciales, incluyendo el transmisor de alta potencia. Esto activó un protocolo de emergencia que desvió las comunicaciones hacia la banda S, un sistema menos eficiente y con menor alcance. Para restablecer el enlace, los ingenieros enfrentaron el desafío de sincronizar tres computadoras a bordo, un proceso complejo debido a los retrasos en las señales, que tardan casi 22 horas en viajar en cada dirección.
La Voyager 1 opera con un generador termoeléctrico de radioisótopos (RTG), que convierte el calor del plutonio-238 en electricidad. Con el paso de las décadas, la producción de energía ha disminuido significativamente, lo que obliga a priorizar sistemas esenciales y apagar instrumentos secundarios. A pesar de estos desafíos, la sonda sigue proporcionando datos únicos del espacio interestelar, como mediciones de partículas cargadas, campos magnéticos y ondas de plasma.
Además de sus descubrimientos científicos, la Voyager 1 ha dejado un legado cultural invaluable. Entre sus contribuciones más destacadas está la icónica imagen del Punto Azul Pálido, una fotografía de la Tierra tomada desde 6 mil millones de kilómetros de distancia en 1990, que resalta a nuestro planeta en el cosmos. También lleva a bordo el Disco de Oro de las Voyager, un mensaje dirigido a posibles civilizaciones extraterrestres con sonidos, música y saludos en 55 idiomas.
Durante su misión inicial, la Voyager 1 proporcionó imágenes detalladas de Júpiter y Saturno, descubriendo volcanes activos en Ío y detalles inéditos de los anillos y lunas de Saturno. En 2012, hizo historia al cruzar la heliopausa, convirtiéndose en el primer objeto fabricado por humanos en ingresar al espacio interestelar. Actualmente, viaja a una velocidad de 61,000 km/h y se encuentra a más de 24,000 millones de kilómetros de la Tierra, una distancia que aumenta cada segundo.
Los especialistas de la NASA ahora trabajan en estrategias para maximizar el tiempo operativo de la sonda, reconfigurando sistemas y optimizando el consumo energético. Aunque se espera que la Voyager 1 pueda seguir transmitiendo datos hasta la década de 2030, su capacidad operativa disminuirá progresivamente. Posteriormente, continuará su viaje silencioso por el espacio.
Por último, contarte que el Disco de Oro de las Voyager, que viaja a bordo de la Voyager 1 y su sonda gemela Voyager 2, incluye una selección de sonidos, imágenes y música de distintas culturas como un mensaje para posibles civilizaciones extraterrestres. Entre las piezas musicales destacadas se encuentra la canción mexicana «El Cascabel», interpretada por Lorenzo Barcelata y el Mariachi México.
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