Un hombre surcoreano que deliberadamente aumentó de peso para evitar el servicio militar obligatorio fue condenado a un año de prisión con suspensión de dos años. El tribunal de Seúl determinó que violó la Ley de Servicio Militar al implementar un plan para alcanzar 102 kilos, lo que lo clasificó como obeso y lo eximió del servicio.
El acusado consumió alimentos hipercalóricos, evitó esfuerzos físicos y bebió agua antes de las mediciones para incrementar su peso. Aunque evitó la cárcel al comprometerse a cumplir su deber militar, su amigo, quien lo alentó en este plan, también fue condenado a seis meses de prisión con suspensión.
Desde la Guerra de Corea, todos los hombres sanos de Corea del Sur deben realizar al menos 18 meses de servicio militar antes de los 28 años. Este requisito ha generado controversias, con casos de hombres que intentan evitarlo mediante tácticas extremas como perder peso, fingir enfermedades o tatuarse excesivamente. El caso reciente pone de manifiesto los debates sobre la equidad de este sistema.
La exención del servicio para las mujeres también es motivo de debate. Mientras solo el 3.6% del personal militar es femenino, una encuesta de 2018 reveló que el 72% de los hombres surcoreanos considera el servicio militar una forma de discriminación de género. Algunos opinan que las mujeres también deberían ser reclutadas.
El Tribunal Constitucional dictaminó en 2018 que el gobierno debe ofrecer alternativas civiles para quienes rechacen el servicio militar por razones religiosas o políticas. Sin embargo, persisten las críticas hacia un sistema que muchos consideran desigual en un competitivo mercado laboral.
El caso de este hombre resalta los dilemas éticos y sociales en torno al servicio militar obligatorio, mostrando cómo los intentos de eludirlo pueden tener consecuencias legales y sociales de largo alcance.