La tensión en Medio Oriente alcanzó un nuevo nivel este domingo tras los ataques lanzados por Estados Unidos contra los tres principales sitios nucleares de Irán. El presidente Donald Trump afirmó haber “arrasado” las instalaciones, uniéndose a una ofensiva israelí que ha desatado alarmas internacionales.
En un mensaje televisado, Trump calificó los bombardeos como un “éxito militar espectacular” y advirtió que si Irán no acepta la paz, sufrirá más ataques devastadores. “El futuro de Irán es la paz o la tragedia”, sentenció el mandatario.
Desde Moscú, el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, criticó duramente la acción: “Trump ha iniciado una nueva guerra para Estados Unidos. Con este tipo de éxito, no ganará el Premio Nobel de la Paz”. A su vez, el líder del PLDR, Leonid Slutsky, alertó sobre los riesgos de una Tercera Guerra Mundial.
Teherán no tardó en reaccionar. El ministro de Asuntos Exteriores, Abás Araqchi, aseguró que Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía. Las autoridades iraníes han calificado el ataque como una grave violación del derecho internacional, y ya se habla de consecuencias “imperecederas”.
El conflicto estalla tras meses de creciente hostilidad en la región, marcada por las guerras en Gaza y Líbano, y la reciente caída del régimen sirio. Analistas advierten que una confrontación directa entre Irán, Estados Unidos e Israel podría tener consecuencias globales.
Aunque la Casa Blanca afirma que no busca un cambio de régimen, el mensaje es claro: Trump ha optado por la fuerza para “garantizar la paz”, arrastrando al mundo a una nueva fase de incertidumbre geopolítica.