La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, finaliza hoy una visita oficial a Cuba, donde afirmó que ese país «no es terrorista» como asegura Estados Unidos, que por considerar lo contrario mantiene a la isla bajo un régimen de sanciones.
«Yo viajé aquí hace algunos años como víctima del conflicto en mi país cuando se realizaban las conversaciones de paz entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y considero que Cuba no es un país terrorista, aunque no sé si esto que digo puede crear algún problema diplomático», afirmó.
La vice presidenta se pronunció en tales términos en el Centro Martin Luther King de la capital cubana, poco antes de ser recibida por el presidente Miguel Díaz-Canel, ante quien reiteró la misma posición.
Díaz-Canel por su parte ratificó a Márquez la decisión de su gobierno de «seguir participando como país garante de las conversaciones de paz» con el insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN), diálogo que relanzó el presidente Gustavo Petro, a quien además invitó a visitar la isla.
Cuba fue incluida en una lista de países presuntamente patrocinadores del terrorismo en 2021 por la administración republicana de Donald Trump, debido a la negativa de repatriar a Colombia a miembros del insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN) que negociaban la paz en La Habana.
Márquez recordó que, pese al enfriamiento de relaciones entre el anterior gobierno de Iván Duque y la dirigencia cubana, «en Cuba siguen estudiando medicina (como becarios) unos mil colombianos, que fueron víctimas del conflicto armado en mi país».
Ese fue una de las propuestas de La Habana a favor de los afectados directamente por el conflicto colombiano, incluidos militares, que se ha mantenido en el tiempo.
«Colombia tiene una gran deuda con Cuba y esos muchachos que estudian aquí pueden formar parte del propósito del nuevo gobierno de que el Estado se haga cargo de la salud en mi país para acabar con el negocio privado que solo beneficia a las élites», dijo la vicepresidenta.
Durante su meteórica visita, la primera vicepresidenta negra de Colombia participó también en la Feria Internacional del Libro de La Habana, dedicada este año al país suramericano.
En este contexto, México, con Cuba entre los países garantes, acogerá a partir del lunes próximo una nueva ronda de negociaciones de paz entre el gobierno de Petro y el ELN.
A solicitud de las partes, Cuba sirvió de sede a las conversaciones entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC durante cuatro años hasta que en 2016 se firmaron los acuerdos de paz, la guerrilla de izquierda entregó sus armas y se reincorporó a la vida política civil.
Con posterioridad, acogió también las negociaciones con el ELN, tras iniciarse en Ecuador, aunque el proceso languideció durante la administración de Iván Duque.
El entonces mandatario colombiano suspendió las negociaciones y demandó a La Habana la extradición de los negociadores de las guerrillas tras un ataque con bombas a una escuela de la policía en Bogotá en 2019, a lo que La Habana se negó.
Cuba alegó que «los protocolos pactados previamente con el Estado (no el gobierno) de Colombia contemplan la protección de los negociadores de la insurgencia en caso de ruptura de los diálogos de paz».
Esa negativa llevó a Trump a incluir al país caribeño en la lista de países terroristas, en la que la mantiene la administración demócrata de Joe Biden. Ello implica una sanción económica adicional para Cuba.
Milenio