Ciudad del Vaticano.– El mundo entero mantiene la respiración contenida ante la histórica elección del sucesor del Papa Francisco, pero este martes, tras tres largas horas de deliberación, el misterio se profundizó: una densa columna de humo negro emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, señal inequívoca de que el cónclave no alcanzó un consenso.
El anuncio, esperado por millones de fieles alrededor del planeta, fue recibido con un silencio tenso en la Plaza de San Pedro. Las campanas no repicaron, y el característico color oscuro del humo confirmó que, por ahora, no hay nuevo pontífice. Las miradas se dirigieron al cielo vaticano, que respondió con una nube de incertidumbre.
Desde el retiro de Francisco por motivos de salud, el mundo católico ha estado en vilo. La elección de su sucesor no es solo un asunto de fe, sino también un proceso cargado de política, simbolismo y repercusiones internacionales. La falta de acuerdo en esta primera votación podría ser indicio de divisiones internas entre los cardenales electores.
Expertos en asuntos religiosos señalan que estas señales son comunes durante los primeros días del cónclave, pero advierten que esta elección podría extenderse más de lo previsto debido a la complejidad del panorama actual. “No hay un favorito claro, y las corrientes dentro del Colegio Cardenalicio están más fragmentadas que nunca”, señaló un analista vaticanista.
Mientras tanto, medios internacionales mantienen transmisiones en vivo y redes sociales arden con teorías, rumores y apuestas sobre quién será el nuevo líder espiritual de más de mil millones de católicos en el mundo. La falta de humo blanco prolonga el suspenso en un escenario ya cargado de tensión.
El cónclave continuará mañana con nuevas rondas de votación. Por ahora, el mundo sigue mirando al Vaticano, esperando una señal celestial que anuncie la llegada del nuevo Pastor de Roma. La pregunta sigue en el aire: ¿quién llevará ahora el anillo del pescador?
