El papa Francisco arremetió contra el «colonialismo económico» este martes desde la capital de la República Democrática del Congo, donde fue recibido con fervor, en la primera etapa de un viaje a África que lo llevará también a Sudán del Sur.
Ante un parterre de políticos y diplomáticos y acompañado del presidente congoleño Felix Tshisekedi, el pontífice argentino hizo un enérgico alegato en contra de la «avaricia» y la depredación de los recursos naturales.
«No toquen la República Democrática del Congo, no toquen el África. Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear. Que África sea protagonista de su propio destino», proclamó Francisco en un discurso en el palacio presidencial en Kinshasa. «Tras el colonialismo político, se ha desatado un ‘colonialismo económico’ igualmente esclavizador. Así, este país, abundantemente depredado, no es capaz de beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos».
Con riquezas tales como cobre, cobalto, oro, diamantes, uranio, coltán y estaño, la RDC tiene una historia marcada por el colonialismo, la esclavitud y los abusos.
«El veneno de la avaricia ha ensangrentado sus diamantes. Es un drama ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca. Este país y este continente merecen ser respetados y escuchados», apostilló en su aplaudido discurso el obispo de Roma.
El papa inició este martes una visita de cuatro días a la República Democrática del Congo, un inmenso país del centro de África que se independizó de Bélgica en 1960 y en donde la Iglesia católica ha tenido una influencia política de primer orden. Desde media mañana, los habitantes de Kinshasa habían empezado a congregarse en torno al aeropuerto internacional, donde el avión del papa aterrizó a las 14:35 horas (locales)
Al son de cánticos, tambores, fanfarrias y tam-tam, la multitud fue creciendo a medida que pasaban las horas, cada vez más densa e impaciente. En el trayecto de unos 25 kilómetros hasta el centro de la ciudad, el convoy oficial fue recibido por decenas de miles de personas que se agolpaban en las principales avenidas de esta gran ciudad de unos 15 millones de habitantes.
«No quería perderme esta oportunidad de verlo delante», declaró Maggie Kayembe, de unos 30 años. «Allá donde va siempre reza por la paz, y paz es lo que necesitamos de verdad», agregó la mujer.
Inicialmente prevista para julio de 2022, la visita tuvo que ser aplazada por el dolor de rodilla que padece Francisco, de 86 años, quien se desplaza en silla de ruedas, así como por los problemas de seguridad en Goma, en el noreste del país, etapa que fue cancelada.
En su 40º viaje internacional desde su elección en 2013, y el quinto al continente africano, el papa argentino pidió también que se silencien las armas en un país asolado por la violencia y donde dos tercios de sus 100 millones de habitantes viven con menos de 2.15 dólares al día.
El país se enfrenta desde hace meses al resurgimiento del grupo armado M23, que ha conquistado amplias franjas del territorio de Kivu Norte, fronterizo con Ruanda, al que el gobierno de RDC acusa de injerencia. Francisco alentó en ese sentido los esfuerzos de paz, en los que Angola y Kenia tratan de promover iniciativas, y enfatizó que «no podemos acostumbrarnos a la sangre que corre en este país desde hace décadas».
Dirigiéndose a las élites locales, Francisco pidió además «elecciones libres, transparentes y creíbles».
El país prevé celebrar comicios el 20 de diciembre, cinco años después de las cuestionadas elecciones de 2018, que permitieron la llegada al poder de Felix Tshisekedi, candidato ahora a su propia reelección.
«No debemos dejarnos manipular ni comprar por quienes quieren mantener al país en la violencia, para explotarlo y hacer negocios vergonzosos», dijo Francisco en su discurso en el palacio presidencial.
El martes por la noche, se calcula que decenas de miles de personas participarán a la vigilia de oración en el aeropuerto N’dolo de Kinshasa, donde pasarán la noche, antes de la multitudinaria misa del miércoles ante más de un millón de fieles. Con 52 millones de católicos, la excolonia belga representa el futuro para el catolicismo que está perdiendo fieles en Europa y América Latina. El papa viajará el viernes a Juba, capital de Sudán del Sur, donde permanecerá hasta el 5 de febrero.
Excélsior