Estados Unidos y Corea del Sur celebraron reuniones de alto nivel tras el lanzamiento de un misil norcoreano como demostración de fuerza nuclear, la primera prueba desde las acusaciones de que Pyongyang envió tropas a Rusia.
Antony Blinken y Lloyd Austin se reunieron con sus homólogos surcoreanos, Cho Tae-yul y Kim Yong-Hyun, en Washington, para discutir estas nuevas acciones de Corea del Norte.
En una conferencia conjunta, Blinken afirmó que unos 8 mil soldados norcoreanos llegaron a Kursk, en la frontera con Ucrania, y están listos para entrar en combate en los «próximos días».
El ministro de Defensa de Corea del Sur afirmó que Pyongyang también envió a Rusia «más de mil misiles» y «millones de piezas de municiones».
El Estado Mayor Conjunto (EMC) surcoreano había informado más temprano que detectó «un lanzamiento de misil balístico desde la zona de Pyongyang hacia el mar del Este (mar de Japón) aproximadamente a las 07:10».
Seúl, que había advertido que Pyongyang se aprestaba a probar un misil balístico intercontinental (ICBM) o incluso a realizar un ensayo nuclear antes de las elecciones estadounidenses, afirmó que es posible que Pyongyang haya «probado un nuevo misil balístico de largo alcance de propulsión sólida».
Los militares surcoreanos estimaron que el proyectil voló cerca de mil kilómetros con una trayectoria ascendente.
El desarrollo de misiles avanzados de combustible sólido, más rápidos de lanzar y más difíciles de detectar y de destruir, es un objetivo anhelado desde hace tiempo por el líder norcoreano Kim Jong Un.
Kim calificó el lanzamiento como «una acción militar apropiada que cumple plenamente el propósito de informar a los rivales (…) de lo que será nuestra respuesta», según la agencia oficial KCNA.
La prueba «actualizó los registros recientes de la capacidad de misiles estratégicos» de Corea del Norte, indicó Kim, que prometió que su país «no cambiará nunca su estrategia de reforzar sus fuerzas nucleares».
Corea del Norte suele lanzar sus misiles de largo alcance y más poderosos con una trayectoria ascendente, para evitar que sobrevuelen los países vecinos.
Blinken, Austin y sus contrapartes surcoreanas y japonesas realizaron una teleconferencia para hablar del lanzamiento tras lo cual instaron a Corea del Norte a detener «sus acciones provocadoras y desestabilizadoras».
Tanto la Casa Blanca como el secretario General de la ONU denunciaron que el lanzamiento del misil viola las resoluciones del Consejo de Seguridad.
En teoría, el misil podría alcanzar territorio continental estadounidense, aunque el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Sean Savett, afirmó que no había riesgo inmediato por la prueba.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano indicó que el ejército «elevó su nivel de alerta y comparte informaciones sobre los misiles balísticos norcoreanos con autoridades de Estados Unidos y Japón».
China, históricamente el aliado más cercano de Corea del Norte, dijo que estaba «preocupada por los desarrollos en la península (coreana)» y urgió a una «resolución política» del tema.
En tanto, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, apuntó que el lanzamiento muestra la intención norcoreana «de desarrollar los medios para lanzar armas de destrucción masiva» e instó a Pyongyang a «cumplir inmediatamente con sus obligaciones» abandonando sus armas nucleares, de destrucción masiva y sus programas de misiles balísticos y nucleares.
De su lado, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, denunció la inacción de sus aliados y se dijo sorprendido por el «silencio» de China.
Creo que la reacción a esto es nada, ha sido cero», afirmó Zelenski a medios surcoreanos.
Japón reportó que el misil «clase ICBM» había volado durante más tiempo que cualquier otro probado por los norcoreanos, al recorrer unos mil kilómetros, completar 86 minutos en vuelo y llegar a una altitud de hasta 7 mil kilómetros.
Estimamos que esta altitud de vuelo es la mayor que hemos visto», dijo el ministro de Defensa de Japón, Gen Nakatani, a reporteros.
El misil del jueves «parece haber sido lanzado para desviar la atención de las críticas internacionales al envío de tropas» a Rusia, declaró a la AFP Yang Moo-jin, presidente de la Universidad de Estudios Norcoreanos de Seúl.
AFP