México ha intensificado su ofensiva económica contra China con la reciente imposición de aranceles al acero y productos textiles. Esta medida busca proteger la industria nacional de la “invasión” de productos baratos provenientes del país asiático.
A partir del 1 de enero, entró en vigor un arancel del 19% a todas las mercancías llegadas desde China a través de plataformas digitales. Esto impacta directamente a gigantes como Shein y Temu, muy populares entre consumidores mexicanos por sus precios bajos.
Pero eso no fue todo. En diciembre pasado, el gobierno impuso otro golpe: un arancel del 35% a ropa confeccionada proveniente de China y otros países sin tratados de libre comercio. La medida ha sido celebrada por empresarios nacionales, quienes ven en esto una forma de frenar la competencia desleal.
El entonces secretario de Economía, Marcelo Ebrard, justificó la medida señalando que muchas empresas extranjeras “abusaban del mercado mexicano” desplazando a la industria local. El gobierno busca dar un respiro al comercio nacional, particularmente al sector textil.
La presidenta Claudia Sheinbaum también se pronunció al respecto. En su conferencia del 6 de marzo, advirtió: “Mucha de la entrada de productos chinos a México hizo que cayera esta industria”. El gobierno analiza una revisión completa del esquema de tarifas arancelarias.
