Un nuevo hallazgo podría sacudir la historia de Egipto y la arqueología mundial: científicos aseguran haber detectado estructuras subterráneas en la meseta de Giza, lo que podría significar la existencia de una enorme ciudad oculta bajo las pirámides.
El equipo de expertos, compuesto por científicos italianos y británicos, ha utilizado tecnología de ondas electromagnéticas para mapear lo que parecen ser cámaras y pozos en espiral debajo de la Pirámide de Kefrén. Sin embargo, esta hipótesis ha generado controversia, ya que otros especialistas han calificado la idea como “errónea” y sin bases científicas sólidas.
Los investigadores aseguran que tienen un nivel de confianza superior al 85% de que estas estructuras existen. Sin embargo, hasta ahora, los hallazgos no han sido publicados en una revista científica para su revisión formal, lo que ha levantado sospechas entre la comunidad arqueológica.
El profesor Lawrence Conyers, experto en radar de la Universidad de Denver, sugiere que lo detectado podría no ser una metrópolis subterránea, sino las ruinas de un asentamiento previo a las pirámides. Esta teoría se basa en otras culturas antiguas, como la maya, que construían pirámides sobre cuevas y cavernas con propósitos ceremoniales.
Los investigadores que defienden el descubrimiento también han afirmado algo aún más impactante: creen que estas estructuras subterráneas podrían tener 38,000 años de antigüedad, lo que cambiaría por completo la línea de tiempo de la civilización humana tal como la conocemos.