En un hecho insólito, una mujer de entre 55 y 60 años, con pasaporte ruso, logró abordar un vuelo de Delta Airlines con destino a París desde el Aeropuerto Internacional JFK de Nueva York, sin contar con un boleto válido. El incidente, ocurrido en vísperas del feriado de Acción de Gracias, ha generado una investigación exhaustiva por parte de las autoridades de seguridad y la aerolínea.
Un viaje clandestino
La mujer evadió los controles de seguridad y de identidad en uno de los días más concurridos del año, cuando cerca de 2.7 millones de pasajeros transitaron por aeropuertos en Estados Unidos. Tras aterrizar en París, fue descubierta escondida en un baño del avión y trasladada a una zona de espera en el aeropuerto Charles de Gaulle, donde permanece en proceso de deportación.
De acuerdo con la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), la polizona no llevaba objetos prohibidos al pasar por los filtros de revisión. Sin embargo, se desconoce cómo logró acceder al avión sin un boleto, algo que ahora está siendo investigado en conjunto con la aerolínea y fuerzas del orden.
Reacción de las autoridades y Delta Airlines
Un portavoz de Delta emitió un comunicado asegurando que la seguridad es la prioridad número uno de la aerolínea:
«Estamos llevando a cabo una investigación exhaustiva y colaborando con otras partes interesadas de la aviación para esclarecer lo sucedido».
Las autoridades francesas, por su parte, indicaron que la mujer será enviada de regreso a Estados Unidos, donde podría enfrentar sanciones civiles y un posible arresto al llegar a Nueva York.
Testimonios desde el avión
Rob Jackson, un pasajero a bordo del vuelo, relató cómo se vivieron los momentos de incertidumbre tras el aterrizaje. Según explicó, el capitán informó a los pasajeros que la policía debía abordar el avión antes de que pudieran desembarcar:
*»Nos pidieron permanecer sentados. Escuché a los asistentes de vuelo diciendo que esta persona se escondía en los baños, moviéndose de uno a otro durante el vuelo»*, comentó Jackson.
Jackson incluso grabó un video en el que se escucha al capitán dirigiéndose a los pasajeros sobre la situación de seguridad.
Un caso que expone fallos críticos
El incidente ha puesto bajo escrutinio los protocolos de seguridad del Aeropuerto JFK y de Delta Airlines, particularmente en fechas de alta demanda. Aunque el estado mental de la mujer no ha sido confirmado, se sabe que solicitó asilo en Francia hace algunos años.
Las investigaciones continúan, y tanto las autoridades como Delta han prometido medidas para evitar que un evento similar vuelva a ocurrir. Este caso plantea serios cuestionamientos sobre la vulnerabilidad de los sistemas de seguridad en aeropuertos de gran magnitud.