En un giro dramático, Donald Trump decidió “pausar” por 90 días los aranceles a decenas de países… excepto a China, a quien castigó con una subida brutal del 125% en impuestos aduaneros. La medida llega luego de que Pekín respondiera con tarifas del 84% a productos estadounidenses.
Desde la Casa Blanca, el expresidente justificó el cambio como un acto de “flexibilidad”, mientras se burlaba de sus socios diciendo que le están “besando el culo” para negociar acuerdos. Solo los países que no tomaron represalias recibirán esta tregua, con un arancel reducido al 10%.
En su red Truth Social, Trump fue claro: “Los días de estafar a Estados Unidos ya no son aceptables”. Su estrategia ha provocado fiebre en los mercados y divisiones en la política internacional.
La Unión Europea, por su parte, respondió con contramedidas de más de 20 mil millones de euros, pero se dice dispuesta a negociar si EU cede.
Trump, según su equipo, busca aislar a China con una “estrategia magistral”. Lo cierto es que, una vez más, el magnate sacude el tablero del comercio global… y el mundo entero contiene la respiración.
