Un planeta rocoso que se evapora a 1,600 grados y deja una cola de 9 millones de kilómetros fue descubierto por astrónomos del MIT.** Se trata de BD+05 4868 Ab, ubicado a 140 años luz en la constelación de Pegaso, y detectado por el satélite TESS de la NASA.
Este pequeño mundo, similar a Mercurio, orbita su estrella cada 30.5 horas, una cercanía que lo somete a temperaturas abrasadoras que derriten su superficie. Lo que queda es una extensa cola de polvo y minerales que recuerda a la de un cometa.
“Está como en su último aliento”, describió Avi Shporer, investigador de la NASA. En cada vuelta, el planeta pierde una masa equivalente al Monte Everest, por lo que se espera que desaparezca completamente en uno o dos millones de años.
Su forma de tránsito, irregular y alargada, fue clave para identificar su proceso de desintegración. De los más de 6,000 exoplanetas descubiertos, solo tres más muestran un comportamiento similar, aunque ninguno con una cola tan extensa.
En 2025, el Telescopio James Webb observará el fenómeno para analizar los minerales presentes y entender mejor la composición interna de mundos rocosos.