El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibirá este lunes en la Casa Blanca a Nayib Bukele, su homólogo salvadoreño, en una visita marcada por la polémica detención de más de 250 migrantes deportados por Washington.
Bukele se ha convertido en el principal aliado de Trump en Centroamérica tras aceptar encarcelar a los migrantes —en su mayoría venezolanos— en la megaprisión Cecot. Organismos de derechos humanos califican esta acción como “desaparición forzada y detención arbitraria”.
Trump elogió al presidente salvadoreño en su plataforma Truth Social: “Gracias por llevarte a los criminales”. Aseguró que los deportados eran “enemigos extranjeros” y alabó la mano dura del mandatario centroamericano.
Sin embargo, esta alianza no ha salvado a El Salvador de un arancel global del 10% impuesto por Trump la semana pasada, lo que podría afectar gravemente sus exportaciones.
Economistas y politólogos advierten que la visita se enfoca demasiado en la seguridad, dejando de lado temas clave como el comercio y la inversión. “Parece que El Salvador no da para más que una cárcel”, lamentó el analista Napoleón Campos.
Mientras tanto, una orden de la Corte Suprema de EE.UU. exige el regreso de un salvadoreño deportado “por error”, evidenciando fallas en el proceso de expulsiones masivas.
