Qardaha, Siria. En un acto cargado de simbolismo político, la tumba de Hafez al-Asad, padre del derrocado presidente sirio Bashar al-Asad, fue incendiada por combatientes rebeldes en su ciudad natal de Qardaha. Imágenes captadas por la AFP este miércoles muestran el mausoleo en llamas mientras jóvenes observan el fuego en silencio.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en el Reino Unido, confirmó que el ataque ocurrió durante la noche, perpetrado por hombres armados que se hicieron pasar por miembros del Mando de Operaciones Militares, una coalición insurgente activa en la región. Además del mausoleo, otras tumbas en la ciudad también fueron atacadas.
El mausoleo, reconocido por su diseño que combina textos coránicos y mármol pulido, albergaba los restos de Hafez al-Asad y su hijo Basel, fallecido en un accidente automovilístico en 1994. Los daños causados por el incendio aún no han sido cuantificados, pero representan un golpe emocional para la comunidad alauí, de la que la familia Asad es originaria.
Este ataque ocurre poco después de una reunión entre insurgentes y líderes tribales alauíes, en un intento por ganar apoyo y estabilizar la región. Según el OSDH, estos diálogos buscaban garantizar la seguridad local y negociar el desarme de facciones armadas vinculadas al antiguo régimen.
Hafez al-Asad gobernó Siria de 1971 a 2000 con mano de hierro, y su legado ha sido objeto de controversia durante la prolongada guerra civil que culminó con el derrocamiento de Bashar al-Asad. El incendio de su tumba marca un momento clave en el colapso del poder alauí que dominó el país durante décadas.