El Vaticano en alerta. El estado de salud del Papa Francisco ha generado gran preocupación, ya que, tras 19 días hospitalizado, su condición se mantiene “estable pero reservada”, según el último parte médico.
El sumo pontífice de 88 años ingresó al hospital Gemelli de Roma el pasado 14 de febrero debido a una grave bronquitis que derivó en doble neumonía. Aunque su estado ha tenido altibajos, su última recaída, ocurrida el lunes, encendió las alarmas en la Iglesia Católica.
El martes fue un día más tranquilo para el papa. Según el Vaticano, no presentó nuevos episodios de insuficiencia respiratoria, permaneció consciente y sin fiebre. Sin embargo, los médicos han decidido que siga con ventilación mecánica no invasiva, lo que indica que su recuperación aún es incierta.
¿El fin de su papado? Crecen las dudas
Francisco ha enfrentado múltiples problemas de salud en los últimos años: cirugías en el colon y el abdomen, así como dificultades para caminar. Ahora, su prolongada hospitalización ha reavivado los interrogantes sobre su capacidad para seguir liderando a los 1,400 millones de católicos en el mundo.
A diferencia de otras figuras políticas, el derecho canónico no establece qué sucede si un Papa pierde la lucidez o queda incapacitado para ejercer sus funciones. Esto ha desatado especulaciones sobre un posible retiro forzado, algo que no ocurre desde la histórica renuncia de Benedicto XVI en 2013.
El mundo católico permanece en vilo mientras se espera un nuevo informe sobre su estado. ¿Se acerca el final de su pontificado?
