La tensión en Medio Oriente alcanzó este lunes un punto crítico tras una nueva salva de misiles lanzados desde Irán hacia Israel, según confirmaron autoridades militares israelíes. Las sirenas antiaéreas sonaron en varias regiones del país, incluidas zonas cercanas a Jerusalén, donde testigos informaron haber escuchado fuertes explosiones.
Las fuerzas israelíes respondieron con nuevos bombardeos selectivos en territorio iraní, lo que generó daños significativos en infraestructura militar y civil. Medios iraníes reportaron ataques en zonas como Musiyan y otras localidades del oeste del país.
El saldo de víctimas ya supera los 13 muertos en Israel —en su mayoría por impactos directos o colapsos estructurales— y más de 220 fallecidos en Irán, incluyendo al menos 50 civiles. La televisión estatal iraní transmitió imágenes de hospitales colapsados y zonas urbanas en ruinas, mientras los bomberos combatían incendios provocados por misiles israelíes.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró en una declaración televisada que Irán “pagará un precio muy alto por su agresión” y advirtió que la ofensiva podría extenderse. Por su parte, el líder supremo iraní, Alí Jamenei, acusó a Israel de crímenes de guerra y prometió una respuesta “multiplicada”.
Mientras tanto, embajadas occidentales comenzaron a evacuar personal no esencial, y la ONU convocó una sesión urgente del Consejo de Seguridad. La escalada podría tener efectos devastadores en toda la región si no se contiene en los próximos días.