Corea del Norte ha realizado una enmienda constitucional significativa en la que ha definido oficialmente a Corea del Sur como un “Estado hostil”, eliminando cualquier referencia a una posible reunificación.
Esta modificación, anunciada por la agencia estatal KCNA, ha sido justificada por Pyongyang como una respuesta “legítima e inevitable” debido a las “graves circunstancias de seguridad” que, según el régimen norcoreano, han llevado la región al borde de la guerra debido a las provocaciones políticas y militares de las fuerzas hostiles, incluyendo a Seúl.
Aunque la sesión parlamentaria que aprobó la enmienda se celebró la semana pasada, los detalles sobre los cambios no se habían revelado hasta ahora.
Uno de los puntos clave de la nueva Constitución es la exclusión de cláusulas sobre la reunificación, una idea que durante décadas había estado presente en la política norcoreana. Además, se ha redefinido la frontera nacional, incluyendo la disputada frontera marítima occidental.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, fue quien impulsó estos cambios, buscando oficializar que Corea del Sur es el principal enemigo de Corea del Norte y dejando clara la existencia de dos Estados claramente diferenciados en la península.
Esta enmienda, según expertos, no solo desecha cualquier posibilidad de diálogo, sino que también podría agravar las ya tensas relaciones en la región.
La modificación constitucional aumenta la tensión entre las naciones involucradas, especialmente después de un intercambio de disparos en la frontera.
Según informes, el Ejército surcoreano disparó en respuesta a detonaciones realizadas por Corea del Norte en tramos de carreteras que conectaban ambos países, en los corredores de Gyeongui y Donghae.
Estas detonaciones ocurren luego de que Pyongyang anunciara la semana pasada que cortaría todas las vías de transporte hacia su vecino del sur.
La enmienda constitucional representa un paso importante en la política exterior y militar de Corea del Norte, consolidando su postura de confrontación y endureciendo aún más las relaciones intercoreanas, que llevan años prácticamente inexistentes.
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