Ciudad Juárez.– Cada noche, César y Estela Ramos enfrentan un trayecto que pocos imaginarían: ella en silla de ruedas, él apoyado en unas muletas. Ambos deben recorrer alrededor de kilómetro y medio para llegar a su casa después de bajar en la última estación del JuárezBus, en la calle Puerto Tarento y Custodio de la República, en Parajes de Oriente.
La noche del 9 de diciembre, abordaron la unidad a las 9:30. Pasajeros, guardias y hasta el chofer les brindaron apoyo para subir y bajar en los distintos entronques. A las 10:30, ya en la parada final, el matrimonio se encomendó a Dios, esperando que algún conductor se detuviera y les regalara un aventón hacia su vivienda.
“Ánimo, mi amor, Dios nos va a mandar a alguien que nos lleve a casa”, le dijo Estela a su esposo mientras él le acomodaba un gorro y unos guantes para que enfrentara los 11 grados de temperatura.
Media hora después, su plegaria tuvo respuesta. Una camioneta blanca se detuvo frente a ellos. Leonardo y Juan, dos ciudadanos que pasaban por el lugar, les ofrecieron llevarlos. Subieron la silla de ruedas a la parte trasera y acomodaron a los esposos en el vehículo sin pedir nada a cambio.
“En Juárez hay mucha gente noble y caballerosa”, expresó César al agradecerles por detenerse y ayudarlos sin conocerlos.
El matrimonio hizo un llamado a los conductores que transitan por la última estación del JuárezBus en Parajes de Oriente: si los ven por la noche, les abran su corazón —y si pueden, las puertas de sus vehículos— para ayudarlos a llegar a casa.
