Ciudad Juárez.— El tráfico en el cruce de la avenida De las Torres con las avenidas Porvenir y Talamás Camandari se ha convertido en uno de los puntos más críticos de la movilidad en el suroriente de la ciudad. Durante las horas pico, las filas de automóviles se extienden hasta dos kilómetros, provocando retrasos que pueden superar los 20 minutos para quienes intentan avanzar por la zona.
Conductores que circulan diariamente por este corredor expresan que el cruce funciona como un auténtico “cuello de botella”, donde la fluidez que caracteriza a la avenida De las Torres queda completamente anulada. A pesar de que este eje vial cuenta con túneles y pasos elevados que permiten avanzar sin semáforos desde la Juan Pablo II, todo se detiene abruptamente al llegar al mencionado cruce.
Automovilistas señalan que la falta de un distribuidor vial es la causa principal del colapso constante. Mientras que De las Torres mantiene un flujo continuo, la intersección con Porvenir y Talamás Camandari obliga a los vehículos a detenerse de golpe, generando un embudo que se intensifica especialmente por las mañanas y al final de la tarde.
Durante recorridos realizados por Juareznoticias.com, se constató que muchos conductores optan por utilizar calles secundarias o ingresar a fraccionamientos para intentar evitar el embotellamiento, lo que a su vez ha generado mayor saturación en vialidades interiores que no fueron diseñadas para soportar ese nivel de carga vehicular.
Vecinos de la zona afirman que esta situación se ha vuelto insostenible, y piden a las autoridades municipales considerar la construcción de un distribuidor vial o la reconfiguración del cruce. “Es increíble que toda la avenida fluya bien hasta llegar aquí, donde siempre se hace el caos”, comentó uno de los afectados.
Mientras tanto, miles de juarenses seguirán enfrentando diariamente este punto crítico, que continúa siendo uno de los mayores retos de movilidad para quienes se desplazan entre el suroriente y el resto de la ciudad.
